Una vez más retomo mi escritura en este espacio que después del descanso
veraniego vuelvo a rellenar compartiendo experiencias, reflexiones recibidas de
personas de mi entorno o simplemente lecturas que me invitan a poner de
manifiesto aspectos emocionales con una cierta base en teorías de la Psicología
Positiva.
Tal día como hoy, hace un año exactamente, cambiaba mi vida de forma
oficial. Digo de forma oficial porque ya había tenido cambios previamente pero
un día como hoy físicamente me trasladaba de vivienda, lo cual no se trataba de
una simple mudanza, este cambio implicaba una nueva vida para mí. Así que el
día de este aniversario no puedo evitar reflexionar sobre las emociones que han
ido sucediéndome a lo largo de este año. De lo que se trata en este momento no
es de dar detalles personales concretos que no tienen lugar en este espacio
sino de compartir y relacionar las emociones más destacadas que he vivido en propia
piel y como establezco un vínculo de todo este proceso con aspectos que se
tratan en Psicología Positiva.
Los primeros momentos que conllevaron este cambio de vida me inundaban
sensaciones de alivio, como si llevara una losa emocional a mi espalda que iba perdiendo
peso gracias a que había tomado una decisión que sabía era acertada pero a este
sentimiento le acompañaban miedos y una gran sensación de incertidumbre. El miedo
es un potente mecanismo de defensa pero es una emoción que en ocasiones nos
paraliza e inhibe nuestra conducta. Reconozco que en cierta medida esos miedos
siguen presentes pero a lo largo de este año he conseguido ir descubriéndolos,
los he reconocido y a algunos de ellos los he podido hacer frente de forma
exitosa lo cual es siempre una dosis de autoconfianza para seguir adelante y no
dejar que esos miedos me impidan seguir mi camino.
Recuerdo los primeros meses que me sentía
fuera de lugar, como si me dejara llevar por las circunstancias sin ejercer
ningún tipo de control, como si estuviera completamente a la deriva. Aún así,
iba dando pequeños pasos, reconstruyéndome y observando lo que ocurría a mi
alrededor. De hecho empecé a sentir que estaba viviendo una vida que me era
ajena, como una mera observadora. Tomé consciencia de esa situación y continué
avanzando en esa reconstrucción de mí misma y de mi entorno. En este proceso
fue clave mi entorno personal, lo que en psicología Positiva se ha denominado
tener relaciones auténticas. Esas personas que me conocen, me apoyan, me dicen
lo que necesito oír (no lo que quiero oír) y me llenan de energía para no
perder el rumbo. De este modo esa vida que en un primer momento me era ajena,
finalmente se convirtió en lo que es hoy la vida que conscientemente quiero
tener.
Dentro de las teorías de la Psicología Positiva
son especialmente importantes los diálogos internos y los mensajes que nos
damos a nosotros mismos. En esos momentos resonaba mucho el poema de Benedetti
(No te rindas) y especialmente, me repetía mensajes positivos similares a estos
versos:
No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,...
De alguna manera experimentaba dolor por
haberme sentido dañada y también me sentía culpable por haber tomado decisiones
que en un momento dado habrían dañado a terceras personas y esto realmente me
atormentaba. Pero fue clave el momento de tomar consciencia de ello y llevar un
proceso de perdonarme a mí misma y perdonar a los que me habían dañado. En Psicología
Positiva este tema se trata en diversas ocasiones, ser capaz de perdonar de
forma sincera aporta una gran cantidad de bienestar y con el tiempo lo pude experimentar.
Pasaba el tiempo y seguía dando pasos en mi
reconstrucción. No todos los pasos los daba de forma consciente pero si hubo un
momento en que me dí cuenta que el mero hecho de dejar pasar el tiempo no era
suficiente (sobre ese tema ya hablé en su momento). El tiempo es importante
para ir poniendo ciertas cosas en su lugar pero lo que realmente ayuda es lo
que hagas durante ese tiempo.
En todo este proceso hay algo que se ha
mantenido y creo que ha sido también especialmente importante y es que he
mantenido cierta coherencia entre mis valores y mis acciones. He tenido
momentos de plantearme hasta esos valores e incluso reformularlos pero el hecho
de que para mí lo que hago y lo que siento tengan coherencia es especialmente
importante para no “desviarme” de mi camino. Lo cierto es que los primeros
cambios que experimenté en este proceso fueron externos como lo fue el cambio
de casa y más lentamente fui cambiando mi interior, mis pensamientos, mis
emociones,… hasta llegar a una cierta estabilidad interna que me hizo sentir
más fuerte y con más energía.
Creo que las fortalezas que más he podido
poner en práctica durante este tiempo es el deseo de aprender, esperanza y
optimismo. Cada experiencia que vivo la afronto como una oportunidad de
aprender y este año especialmente considero que he aprendido mucho. Por otro
lado, hasta en los momentos más bajos emocionalmente he mantenido la esperanza
de que todo era para mejor y me he sentido especialmente optimista con cada
situación que he ido afrontando (unas veces más que otras eso es cierto). Esto
ha sido un motor para seguir avanzando y no dejar que ciertas “sombras”
oscurecieran lo que estaba viviendo.
Este es mi balance de todo un año, reducido bastante pero creo que a nivel
emocional es lo más destacado. Ahora que ya tengo cierta perspectiva de lo
vivido me reafirmo en lo que escribo cada domingo en este espacio: la felicidad
no es un fin sino que es un camino, podemos obtener bienestar de muchas maneras
incluso encontrándonos en un proceso adverso,… y lo más importante, que la vida
tiene momentos muy amargos que hacer frente pero el ser humano tiene una gran
capacidad de sobreponerse, salir adelante y seguir disfrutando de momentos
bonitos mientras tenga intención de continuar respirando la vida.
Que paséis una feliz semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario