domingo, 2 de octubre de 2016

Aniversario


Una vez más retomo mi escritura en este espacio que después del descanso veraniego vuelvo a rellenar compartiendo experiencias, reflexiones recibidas de personas de mi entorno o simplemente lecturas que me invitan a poner de manifiesto aspectos emocionales con una cierta base en teorías de la Psicología Positiva.
Tal día como hoy, hace un año exactamente, cambiaba mi vida de forma oficial. Digo de forma oficial porque ya había tenido cambios previamente pero un día como hoy físicamente me trasladaba de vivienda, lo cual no se trataba de una simple mudanza, este cambio implicaba una nueva vida para mí. Así que el día de este aniversario no puedo evitar reflexionar sobre las emociones que han ido sucediéndome a lo largo de este año. De lo que se trata en este momento no es de dar detalles personales concretos que no tienen lugar en este espacio sino de compartir y relacionar las emociones más destacadas que he vivido en propia piel y como establezco un vínculo de todo este proceso con aspectos que se tratan en Psicología Positiva.
Los primeros momentos que conllevaron este cambio de vida me inundaban sensaciones de alivio, como si llevara una losa emocional a mi espalda que iba perdiendo peso gracias a que había tomado una decisión que sabía era acertada pero a este sentimiento le acompañaban miedos y una gran sensación de incertidumbre. El miedo es un potente mecanismo de defensa pero es una emoción que en ocasiones nos paraliza e inhibe nuestra conducta. Reconozco que en cierta medida esos miedos siguen presentes pero a lo largo de este año he conseguido ir descubriéndolos, los he reconocido y a algunos de ellos los he podido hacer frente de forma exitosa lo cual es siempre una dosis de autoconfianza para seguir adelante y no dejar que esos miedos me impidan seguir mi camino.
Recuerdo los primeros meses que me sentía fuera de lugar, como si me dejara llevar por las circunstancias sin ejercer ningún tipo de control, como si estuviera completamente a la deriva. Aún así, iba dando pequeños pasos, reconstruyéndome y observando lo que ocurría a mi alrededor. De hecho empecé a sentir que estaba viviendo una vida que me era ajena, como una mera observadora. Tomé consciencia de esa situación y continué avanzando en esa reconstrucción de mí misma y de mi entorno. En este proceso fue clave mi entorno personal, lo que en psicología Positiva se ha denominado tener relaciones auténticas. Esas personas que me conocen, me apoyan, me dicen lo que necesito oír (no lo que quiero oír) y me llenan de energía para no perder el rumbo. De este modo esa vida que en un primer momento me era ajena, finalmente se convirtió en lo que es hoy la vida que conscientemente quiero tener.
Dentro de las teorías de la Psicología Positiva son especialmente importantes los diálogos internos y los mensajes que nos damos a nosotros mismos. En esos momentos resonaba mucho el poema de Benedetti (No te rindas) y especialmente, me repetía mensajes positivos similares a estos versos:
No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
 
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
 
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,...
 
De alguna manera experimentaba dolor por haberme sentido dañada y también me sentía culpable por haber tomado decisiones que en un momento dado habrían dañado a terceras personas y esto realmente me atormentaba. Pero fue clave el momento de tomar consciencia de ello y llevar un proceso de perdonarme a mí misma y perdonar a los que me habían dañado. En Psicología Positiva este tema se trata en diversas ocasiones, ser capaz de perdonar de forma sincera aporta una gran cantidad de bienestar y con el tiempo lo pude experimentar.
Pasaba el tiempo y seguía dando pasos en mi reconstrucción. No todos los pasos los daba de forma consciente pero si hubo un momento en que me dí cuenta que el mero hecho de dejar pasar el tiempo no era suficiente (sobre ese tema ya hablé en su momento). El tiempo es importante para ir poniendo ciertas cosas en su lugar pero lo que realmente ayuda es lo que hagas durante ese tiempo.
En todo este proceso hay algo que se ha mantenido y creo que ha sido también especialmente importante y es que he mantenido cierta coherencia entre mis valores y mis acciones. He tenido momentos de plantearme hasta esos valores e incluso reformularlos pero el hecho de que para mí lo que hago y lo que siento tengan coherencia es especialmente importante para no “desviarme” de mi camino. Lo cierto es que los primeros cambios que experimenté en este proceso fueron externos como lo fue el cambio de casa y más lentamente fui cambiando mi interior, mis pensamientos, mis emociones,… hasta llegar a una cierta estabilidad interna que me hizo sentir más fuerte y con más energía.
Creo que las fortalezas que más he podido poner en práctica durante este tiempo es el deseo de aprender, esperanza y optimismo. Cada experiencia que vivo la afronto como una oportunidad de aprender y este año especialmente considero que he aprendido mucho. Por otro lado, hasta en los momentos más bajos emocionalmente he mantenido la esperanza de que todo era para mejor y me he sentido especialmente optimista con cada situación que he ido afrontando (unas veces más que otras eso es cierto). Esto ha sido un motor para seguir avanzando y no dejar que ciertas “sombras” oscurecieran lo que estaba viviendo.
Este es mi balance de todo un año, reducido bastante pero creo que a nivel emocional es lo más destacado. Ahora que ya tengo cierta perspectiva de lo vivido me reafirmo en lo que escribo cada domingo en este espacio: la felicidad no es un fin sino que es un camino, podemos obtener bienestar de muchas maneras incluso encontrándonos en un proceso adverso,… y lo más importante, que la vida tiene momentos muy amargos que hacer frente pero el ser humano tiene una gran capacidad de sobreponerse, salir adelante y seguir disfrutando de momentos bonitos mientras tenga intención de continuar respirando la vida.
Que paséis una feliz semana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario