El jueves
pasado fue el Día de acción de gracias que se celebra cada año en Estados
Unidos y que hemos visto en multitud de películas americanas. No quiero entrar
en el origen de esta tradición que forma parte de una de las partes más
cruentas de la historia de Norteamérica pero sí voy a utilizarlo como pie para
el tema de esta semana, la gratitud.
Para empezar os
dejo algunas cuestiones:
- ¿Te has cuestionado alguna vez el bienestar que
te produce ser agradecido?
- ¿Cómo y en qué momentos das las gracias?
- ¿Qué sientes cuando agradeces algo a alguien de
forma sincera y consciente?
- ¿Alguna vez has dejado de agradecer algo por
dejadez, timidez o simplemente porque crees que la otra persona ya lo
sabe?
Hay personas
que no tienen ningún problema dar las gracias, en cambio se incomodan cuando
reciben el reconocimiento de los demás ya sea por modestia, pudor, humildad o
porque no creen en su propio valor y no saben cómo aceptar el agradecimiento de
los demás hacia ellas. Por el contrario, hay otras personas que les cuesta
especialmente agradecer algo que se ha hecho por ellas.
A veces nos comportamos
como si tuviéramos el convencimiento de que nos merecemos y tenemos derecho a
todo, tanto en lo personal como en lo profesional, lo que implica que no
tenemos nada que agradecer. Es como si todo lo que los demás hacen por nosotros
fuera su obligación, lo damos por supuesto y por tanto no pensamos en
agradecerlo, ni en nadie a quien agradecérselo. Somos indiferentes al esfuerzo,
a los detalles o la generosidad de los demás.
El hecho de dar
las gracias de forma sincera y consciente es una fuente de bienestar, nos
aporta serenidad por lo que te invito a que prestes atención e intentes
agradecer aquello que los demás hacen para que tu vida sea más fácil,
agradable, tranquila, sencilla…
A veces, somos
conscientes de lo que una persona ha hecho por nosotros pero no está para darle
las gracias, aunque nunca es tarde. Puedes hacer el ejercicio de agradecerlo e
incluso dejar ese agradecimiento por escrito lo cual, en la mayoría de los
casos, aporta un alto sentimiento de paz. Puedes pensar en alguien
preguntándote cosas como:
- ¿Quién fue la persona que creyó en ti y te animó?
- ¿Quién te mostró el camino para lograr tus
sueños?
- ¿Quién te ayudó a no dejar de perseguir un
objetivo?
No todas las
acciones de gratitud son igual de valiosas o de trascendentes para nosotros. A
veces damos las gracias de forma automática pero otras son un sentimiento
profundo y consciente. No sólo mostramos agradecimiento mediante palabras,
también agradecemos mediante una mirada, un gesto, un detalle concreto… depende
de lo que agradecemos y quien reciba dicho agradecimiento.
En mi caso soy
consciente de que tengo mucho que agradecer este año y espero poder hacerlo de
un modo u otro porque además, sé que hay personas que no son conscientes de lo
importantes que han sido para mí en ciertos momentos.
Que paséis una
feliz semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario