Por mi parte doy oficialmente por finalizada la Navidad, esa época en la
que me resulta muy fácil contagiarme de las emociones que se respiran en el
ambiente de paz, amor, ilusión,… vivo cada momento de estas fechas bastante implicada
de manera que llegado el final tengo como una sensación de haber estado en una
burbujita de la que, aunque me ha gustado estar en ella, ya es hora de salir. Ya
es momento de retomar la normalidad y rutina que aunque es bueno salir de ella
de forma momentánea también me resulta necesaria.
Tras estos días de ilusión, buenos deseos,… es fácil caer en la tentación
de llenar el nuevo año de propósitos y objetivos que llevar a cabo. Entre estos
objetivos están los más típicos y generalizados como apuntarse al gimnasio,
hacer dieta, dejar de fumar, aprender un idioma… hasta los más personales que
de forma individual cada uno crea que debe proponerse. Mucho ánimo a todos para
no solo emprenderlos si no para mantenerlos que es lo complicado!
Independientemente de los objetivos que yo me proponga para este nuevo año
y dado que este espacio lo tengo orientado a mis reflexiones sobre cómo es
posible aumentar el bienestar, hoy dejo por escrito mi declaración de
intenciones sobre cómo creo que puedo obtener dicho bienestar. No se trata de
dar ninguna receta mágica ni mucho menos ya que lo que os cuento hoy es aquello
que a mí me sirve para estar bien, lo cual no siempre es para todos igual ya que,
en muchos casos, depende de la vida que quiera tener cada uno o sus propias
necesidades.
Este año 2017 lo quiero llenar de experiencias y de momentos bonitos de los
que me dejan un poso positivo, me arrancan una sonrisa o grandes carcajadas, me
evaden de un día a día a veces complicado, me dejan una sensación de paz,… No
tienen que ser cosas extravagantes ya que normalmente este tipo de sensaciones
me las dejan momentos sencillos. De este modo buscaré estas emociones en:
- Seguir arraigada a mis raíces que me hacen sentir segura y donde son especialmente importantes mis padres y mis hermanos.
- Jugar mucho, mucho con mis sobrinos que me enseñan a ver que las cosas pueden ser mucho más sencillas de lo que parecen.
- Mantener viva la verdadera amistad. No soy una persona con un grupo de amigos especialmente extenso, de hecho son poquitos pero son de los de verdad, de los que la palabra amistad a veces se queda corta. Estas personas son las que me dicen las cosas como son, me ponen las pilas o me tienden su mano incluso antes de darme cuenta que lo necesitaba.
- Planificar y llevar a cabo viajes con amigos con los que descubrir nuevos lugares y compartir esa experiencia juntos.
- Mantener la ilusión en mi trabajo sin dejar que factores externos la minen, aprendiendo y mejorando. Alcanzar objetivos, superar mis límites y estar satisfecha con lo que hago.
- Dejar que las cosas me sorprendan, mirar con ojos nuevos que me den una visión positiva de aquello que viva en cada momento.
- Cuando vengan experiencias negativas ser capaz de levantarme, de plantarles cara y no dejar que la frustración, la tristeza o cualquier otra emoción similar me impidan seguir adelante.
- Atreverme, dejar el miedo a un lado para que no me impida vivir cosas buenas o malas pero que en cualquier caso no me paralice.
- No malgastar el tiempo, emplearlo en cosas que me importan.
- Compartir mi tiempo con personas que me aportan y a las que yo les aporte algo, es decir, no estar por estar con nadie y que nadie esté por estar conmigo.
- Y por último pero no por ello menos importante, tomarme las cosas con sentido del humor para no dejar de sonreír.
Creo que lo puedo dejar aquí que el año no es tan largo y tendré que dejar
algo para el siguiente! Tendré que volver a leer esto de vez en cuando para no
desviar mi rumbo…
En realidad no se trata de objetivos a cumplir sino que de lo que realmente
se trata es de tomar consciencia de cómo me tomo la vida, esa actitud que
depende de mí y que soy la única responsable de mantenerla.
Durante el último año estas acciones me han servido para valorar lo que
tengo en mi vida e intentar hacer de ella una vida plena. No siempre lo consigo
y a veces paso momentos complicados e incluso momentos que tengo la sensación
de no saber afrontar, de tener miedos, de no saber qué rumbo seguir... Pero
hasta ahora el balance es positivo y hace que merezca la pena seguir respirando
la vida.
Que paséis una feliz semana!
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