Esta semana recibí un regalo en forma de libro: Emocionario que como podéis deducir se trata de un diccionario de
emociones. De hecho el título completo es Emocionario
(dí lo que sientes). La verdad que no pudo ser más acertado el regalo por que
fue toda una sorpresa y por el contenido y el formato del libro.
La primera impresión que tienes cuando coges este libro es que es un libro
bonito, el formato, las ilustraciones, los colores,… Se trata de un diccionario
que a través de sus páginas va recorriendo emociones que sentimos de forma
habitual en un momento u otro de nuestra vida y lo primero que haces es pasar
varias páginas deteniéndote en alguna de ellas para leer con atención las
descripciones de cada emoción.
Es un libro con formato infantil de manera que las descripciones de las
emociones son muy sencillas, con ejemplos básicos así que identificas
perfectamente cada emoción. Las ilustraciones que acompañan cada emoción son
preciosas, como si formaran parte de un cuento, describen cada emoción de un
modo muy visual. Os dejo la portada del libro:
Las emociones y las descripciones que encuentras en este particular
diccionario son sencillas y cuando vas recorriendo cada emoción te cuestionas
¿si es tan sencillo por qué no es tan fácil gestionar y expresar dichas
emociones? Porque todos sabemos que existen emociones como alegría, tristeza,
entusiasmo, melancolía, satisfacción, envidia, deseo… incluso las podríamos
definir. Pero muchas veces nos ocurre
que tenemos sentimientos, emociones… que no sabemos identificar en un momento
dado lo cual nos dificulta gestionar esa emoción concreta o lo que es más
difícil aún, no sabemos expresar lo que sentimos.
En cuanto a identificar emociones no siempre es fácil en mi opinión porque
tendemos a necesitar etiquetar algo para poder identificarlo pero en el caso de
las emociones puede ocurrir que, frente a un estímulo concreto, se desaten en
nosotros diferentes emociones incluso a veces algunas de esas emociones pueden
llegar a ser contradictorias. Para dificultar el asunto puede ocurrir que
nuestros pensamientos boicoteen de alguna manera esas emociones intentando
racionalizar la situación y no dejándonos llevar por dichas emociones. Es probable
que al no saber identificar esas emociones nos sintamos torpes, incapaces de
gestionar lo que nos está sucediendo y puede ocurrir que decidamos protegernos
de ellas inhibiéndolas, racionalizando cada situación para conseguir cierta
sensación de control que nos haga sentir seguros. Pero si decidimos darle una
oportunidad y dar rienda suelta a esas emociones puede ayudarnos hacer una
pequeña introspección, observarnos a nosotros mismos y cómo nos sentimos, qué
conductas nos llevan a hacer esas emociones,… para esto es importante el
conocimiento de uno mismo de manera que podamos disfrutar a nuestra manera de
esas emociones una vez que las tengamos identificadas.
El segundo paso y más complejo es
ser capaces de expresar esas emociones que hemos conseguido identificar. El ser
humano es sociable por naturaleza por lo que poder compartir emociones es una
forma muy positiva de obtener bienestar. Lo que ocurre es que si ya es
complicado llegar a ese estado de identificar lo que sentimos y conocer las
causas que generan nuestras emociones, más difícil aún resulta poder expresar
todo eso que estamos viviendo internamente. Verbalizar emociones no es tarea
fácil, no sé si os ha pasado alguna vez que cuentas algo emocionante a alguien,
una gran experiencia o un viaje que te ha dejado huella por ejemplo, pero al
contarlo crees que no eres capaz de transmitir a quien te escucha lo
maravilloso de lo que estás contando, no sabes cómo trasladarle todo lo que has
experimentado y cómo te ha hecho sentir. De repente parece que todo eso que
sientes se vuelve más pequeño al verbalizarlo. Por esto, para expresar
emociones a veces nos apoyamos en gestos que pueden ser mucho más profundos y
descriptivos que las propias palabras. Otra cosa diferente es encontrar la
persona a la cual trasladar dichas emociones, en función de lo que sintamos nos
puede resultar más o menos fácil expresarlo a según qué personas. Hay personas
con las que nos resulta muy fácil y otras más complicado. Además entran en
juego las circunstancias, a veces el entorno y el momento puede favorecer más o
menos que podamos expresar aquello que sentimos en un momento dado.
En cualquier caso emocionarnos, sentir, vibrar,… es algo de lo que no
debemos privarnos de un modo u otro porque nos hace sentir vivos. En la medida
que cada uno necesite identificar o expresar dichas emociones puede trabajar en
ello de manera que no seamos nosotros mismos quienes no nos dejemos sentir o
emocionarnos. En el prólogo del Emocionario la psicóloga Rosa Collado escribe: “sentir
es un privilegio y aprender a expresar nuestras emociones nos ayudará a
acercarnos a las personas que queremos”.
Recibir este libro como regalo me ha emocionado mucho, gracias.
Que paséis una feliz semana!
Es fantástico sentir todo el abanico de emociones para valorarlas... cuando has pasado por la tristeza, la felicidad cobra más luz!
ResponderEliminarLa clave está en encontrar la puerta de la tristeza para salir de ella con cierta agilidad...
Pero siempre hay algo bueno en todas las emociones, incluso en esas que se etiquetan de "negativas".
Todas son parte de nuestra esencia y hay que asumirlas como propias ni negarlas ni despreciarlas... la clave está en gestionarlas!
Mil gracias por tu post!
Hace tiempo que comparto también ese libro
Muchas gracias a tí por acompañarme en mis reflexiones Laura
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