domingo, 27 de noviembre de 2016

Verdades y mentiras


Este fin de semana he tenido la oportunidad de quedar con un grupo de amigos con los que no conseguimos vernos con mucha frecuencia por diferentes razones pero cuando coincidimos pasamos un rato de esos que te deja un poso de especial bienestar. A este grupo de personas concretamente les he conocido dentro de mi ámbito profesional. Reconozco que no soy una persona que especialmente busque un entorno social en el trabajo pero también es cierto que en las diferentes empresas en las que he trabajado me he encontrado con personas con las que se ha creado un vínculo muy especial y, con el paso de los años, incluso después de dejar de ser compañeros de trabajo, se ha ido fortaleciendo esa relación de amistad. El caso es que lo que empezó siendo una comida de amigos pasó después a ser un motivo de pasar una tarde genial mostrándonos cada uno de nosotros como somos, compartiendo nuestras vivencias, recordando momentos que vivimos en el pasado, haciéndonos partícipes de nuestros proyectos a futuro… Este hecho me da pie a lo que os quiero exponer hoy en este espacio, un tema del que hablo con frecuencia y que para mí tiene especial importancia que no es otro que tener relaciones auténticas con las que podamos mostrarnos tal cual somos, totalmente transparentes y sinceros.

Imagino que cualquiera que lea esto habrá experimentado de un modo u otro el impacto de la mentira en su vida. La mentira disfraza la realidad, genera confusión,… y a pesar de eso está muy presente en nuestras vidas. A veces utilizamos la mentira por miedo, porque nos protege, porque es más fácil que la verdad en un momento dado,… sea cual sea la razón es algo con lo que convivimos con frecuencia.

Bajo mi experiencia, el utilizar la mentira en un momento dado no ha sido nunca positivo. Una mentira o un engaño lo que provoca es una reacción en cadena ya que para sustentar ese engaño normalmente tienes que construir otro que a su vez requiere de otro de manera que se vuelve un círculo vicioso que finalmente cae por su propio peso. Es más, el problema inicial que se quería enmascarar con esa mentira inicial se vuelve pequeño comparado con el problema real que finalmente te encuentras una vez que entras en ese círculo vicioso.

En cualquier caso la mentira es algo que forma parte de nuestras vidas, no justifico que se engañe aunque reconozco que a veces es más cómoda o menos dolorosa una mentira en un momento dado. Lo que me parece más difícil justificar es esas veces en las que mentimos porque sí, inventando realidades que no existen pero que tampoco nos llevan a ninguna parte. Con el tiempo he conseguido detectar ciertas personas que con frecuencia hacen esto último, sin razón aparente me dicen cosas que no son ciertas pero tampoco son relevantes y siempre me pregunto cuál será la razón por la que lo hacen, lo cual queda en ellos porque también es cierto que no me dedico a indagar mucho más si no es algo que para mí sea importante. Esto ocurre cuando detecto esas mentiras pero soy consciente que en muchas ocasiones recibiré información que no sea cierta pero que creeré a pies juntillas.

Con todo ello y volviendo a esas relaciones auténticas que os comentaba al principio, el verdadero bienestar es poder contar en mi vida con esas personas que tengo una relación totalmente transparente, donde no cabe la posibilidad de decir algo que no sea cierto. Algunas personas de confianza me dicen que a veces parezco un libro abierto, que se me nota lo que pienso antes de decirlo, lo cual es algo que a veces no juega en mi favor pero con lo que convivo de manera que, con el tiempo he aprendido a mejor que decir algo que no sea cierto, no decir nada. En ese caso, si es verdad que soy como un libro abierto quien me conozca un poco verá mis pensamientos sin necesidad que tener que enmascararlos.

Así que valoro en gran medida esas personas que me miran a los ojos y me dicen la verdad sea cual sea. Realmente no es doloroso que te digan una verdad en sí, lo doloroso es la certeza como tal que a veces necesita de su tiempo pero si viene de alguien que no intenta enmascararte la realidad y te dice las cosas que piensa de un modo respetuoso es un indicador de una relación saludable basada en una buena comunicación. A veces como decía antes, la mentira la usamos para proteger al otro. En mi caso no necesito que alguien me cuente algo diferente a la realidad para protegerme, prefiero que me diga cuál es la realidad y tener a esa persona cerca para que me apoye si lo necesito para afrontar esa realidad.

Por esta razón me parece tan valioso encontrar y mantener esas personas en mi vida que no necesitan mostrarse diferentes a como son y no esperan que yo sea otra cosa diferente a la que soy.

Que paséis una feliz semana!

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