domingo, 6 de noviembre de 2016

Psicología Positiva y Liderazgo

Desde que escogí especialidad de Psicología del Trabajo en mis estudios de Psicología y durante mi trayectoria profesional hasta el momento actual siempre vinculada a Recursos Humanos, el tema del Liderazgo ha sido especialmente recurrente. Existen diferentes teorías, estudios y artículos que tratan este tema desde variados puntos de vista y corrientes de psicología. Todas esas teorías son muy interesantes pero en mi opinión, una de las tareas más difíciles en el ámbito profesional es aquella que conlleva gestionar personas y en esta línea creo firmemente que no todos los líderes son jefes pero todos los jefes deberían ser líderes, esto último, al menos bajo mi experiencia, no siempre se cumple.
 
En Psicología Positiva el Liderazgo es una fortaleza encuadrada en la virtud de justicia junto con fortalezas como trabajo en equipo y equidad. Dentro de la Psicología del Liderazgo existen teorías que defienden el Liderazgo positivo centrado en incentivar el bienestar dentro de las organizaciones. Pero ¿qué características debe cumplir un Líder positivo? A modo de resumen los principales aspectos podrían ser: 
1.    Fomentar relaciones horizontales
 
Un responsable inseguro tiende a evitar la colaboración entre los miembros de su equipo de manera que establece una organización en forma de pirámide para que todas las órdenes y aprobaciones pasen por él. En cambio, un responsable seguro de sí mismo (Liderazgo positivo) y que confía en su equipo, establece una organización en forma de rueda en la que todo confluye en su figura central pero fomenta la relación entre todos sus colaboradores aportando cohesión y sentido de identidad de manera que cuando se consiguen los objetivos todos se sienten partícipes de esos logros.
 
2.    Motivar con objetivos claros
 
Desde mi punto de vista la motivación por desempeñar un trabajo debe nacer en uno mismo pero un buen líder puede alimentar esa motivación en sus colaboradores poniendo objetivos de manera que el equipo entienda claramente la dirección a tomar y qué aporta su esfuerzo y la consecución de esos objetivos dentro de la estrategia de la empresa a la que pertenecen.
 
3.    Compartir el para qué
 
En línea con el punto anterior, un buen líder es capaz de transmitir a sus colaboradores para qué están desempeñando su trabajo, cuál es la razón por la cual deben llegar a ese objetivo. De este modo los integrantes del equipo tienen la oportunidad de encontrar sentido a su trabajo y les aportará mayor satisfacción el desempeño de sus tareas.
Para ilustrar este punto os dejo una parábola:
Nos situamos en la Edad Media en una cantera en la que los picapedreros trabajaban muy duro, están cubiertos de polvo y el esfuerzo que hacen les hace sudar de forma notable. Nos acercamos a uno de ellos:
Le preguntamos: ¿qué haces?
El hombre levanta la mirada y nos responde: pico piedras.
Le insistimos: ¿estás contento con tu trabajo?
A lo que contesta: bueno, no me pagan mal del todo (responde mientras se limpia el sudor de la frente y calcula la faena que le queda para esa jornada).
Nos acercamos a un segundo picapedrero:
Le preguntamos: ¿qué haces?
El hombre levanta la mirada y nos responde: pico piedras para una construcción.
Le insistimos: ¿estás contento con tu trabajo?
A lo que contesta: sí, me pagan por pieza y como trabajo rápido me saco un sobresueldo.
Finalmente nos acercamos a un tercero que parece más animado:
Le preguntamos: ¿qué haces?
El hombre levanta la mirada, orgulloso y sonriendo nos responde: estamos construyendo una catedral!
El entusiasmo que irradia esta tercera persona deja patente su alta involucración en su trabajo.
Cuando sabemos la transcendencia de nuestro trabajo nos podemos involucrar con mayor facilidad en él.
 
4.    Fomentar emociones positivas
La Dra. Bárbara Fedrickson asegura que las emociones positivas contribuyen a que las personas sean más productivas, colaboradoras, resilientes y creativas en su puesto de trabajo. Un líder positivo fomenta esas emociones en su equipo creando un entorno laboral más favorable.
 
Con todo esto, un liderazgo positivo implica desarrollar relaciones saludables en un equipo de personas que dan sentido y significado a su trabajo de manera conjunta. Estos líderes son personas con autoconfianza, coherentes, que conocen las fortalezas de sus colaboradores y saben obtener lo mejor de cada uno de ellos implicándoles en su trabajo.
 
En base a esto la reflexión de la semana es ¿Qué tipo de responsable nos gustaría tener en nuestro trabajo? Y en el caso en que nos enfrentemos a la difícil tarea de gestionar un equipo de personas ¿Qué tipo de liderazgo queremos proyectar hacia nuestros colaboradores?
 
Que paséis una feliz semana!

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