El
tema de hoy viene rondando mi cabeza desde hace tiempo pero no he conseguido
darle forma y transformarlo en palabras hasta este momento.
Cuando
nos encontramos vulnerables no somos capaces de quitarnos la coraza, mostrarnos
como somos, con nuestras virtudes, pero también con nuestros defectos, con
nuestros logros, pero sin esconder nuestros fracasos... de esta manera evitamos ciertas situaciones para no poner en evidencia esa vulnerabilidad.
Antes
de dar mi opinión sobre el tema lo voy a centrar ayudándome de Brené Brown,
profesora de investigación de Trabajo Social en Estados Unidos. Esta
investigadora relaciona el concepto de vulnerabilidad con la vergüenza
exponiendo que debido a ello se nos genera un sentimiento de duda sobre si nos
dejamos ver de forma transparente es posible que no consigamos una cierta
conexión. Para ella ese sentimiento se sustenta en la intolerancia del ser
humano a la vulnerabilidad de manera que se genera una incapacidad de soportar
un alto grado de exposición en diferentes contextos, bien sea en el trabajo, en
nuestras relaciones personales o en cualquier otro ámbito de nuestra vida.
Según
Brown, las personas que son capaces de superar esa vulnerabilidad en un momento
dado reúnen las siguientes características:
- Tienen el coraje de mostrarse imperfectos.
- Muestran compasión para ser amables con ellos mismos antes que con los demás de manera que son plenamente conscientes de quienes son y se aceptan de tal modo.
- Mantienen su autenticidad para ser quienes son y conectar así con los demás.
- Aceptan plenamente su vulnerabilidad, tienen mayor tolerancia a la incertidumbre.
Cuando
comparto estas teorías que van acompañadas a veces con ingredientes para
resolver una parcela de nuestra vida siempre intento transmitir cierta cautela
ya que no todo es blanco o negro, cada situación en la que nos vemos envueltos
es diferente con un contexto particular y cada individuo tenemos unas
herramientas y circunstancias a tener en cuenta para poner en práctica según
qué aspectos.
Considero
que la vulnerabilidad es un aspecto natural del ser humano y que aprendemos a
ocultarla en muchas ocasiones cuando de algún u otro modo, al mostrarnos por
completo, en algún momento de nuestra vida ha resultado negativo. Desde mi
punto de vista esto es más evidente en el plano profesional y en el ámbito de
las relaciones personales. En mi caso reconozco que me gusta experimentar,
enfrentarme a situaciones diferentes, exponerme a contextos en los que no me he
encontrado anteriormente pero hay un proceso previo en el que me veo envuelta siempre
donde afronto miedos e inseguridades, me cuestiono muchas cosas… y esto
está claramente relacionado con esa vulnerabilidad.
La decisión final de si exponemos nuestra propia vulnerabilidad o la mantenemos
oculta supongo que depende del momento en el que nos encontremos y la fortaleza que sintamos
para afrontar un efecto negativo consecuencia de dicha exposición o cambiar una
situación concreta. Al mismo tiempo es importante poner en la balanza qué ganamos si efectivamente decidimos exponernos. Por esto, considero que la base teórica de Brown es
acertada pero que no es aplicable ni a todos los individuos ni a todas las
circunstancias. No obstante es un buen punto de reflexión para pensar si merece
la pena dejar de lado esa vulnerabilidad y exponerse si esto puede
proporcionarnos algo positivo y la respuesta a esto, según Brown, es que dejar de lado nuestra vulnerabilidad aumenta la probabilidad de efectos positivos y que sentirnos vulnerables es síntoma de que estamos vivos.
Que
paséis una feliz semana!
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