Hoy comparto un efecto debido a la distorsión del pensamiento que leí hace
tiempo y me pareció curioso. Se trata del llamado Efecto Dunning-Kruger, el
nombre viene dado por los investigadores que lo etiquetaron. Este efecto consiste básicamente
en que una persona que no conoce especialmente un área determinada, a veces tiende a pensar que sabe mucho mientras
que una persona la cual sabe mucho en ocasiones se siente ignorante.
David Dunning, psicólogo norteamericano de la Universidad de Cornell,
escuchó la noticia que decía que una persona había atracado dos bancos sin
máscara y a plena luz del día, el cual fue arrestado inmediatamente después de
sus atracos. A Dunning le llamó especialmente la atención que el ladrón
declaraba haber utilizado un método casero para no ser reconocido pero
evidentemente no le funcionó lo cual le llevó a este psicólogo a pensar si una
persona incompetente no es consciente de su propia incompetencia precisamente
por eso. A partir de esta hipótesis trabajó con Kruger en un experimento en el
que los participantes respondían cómo eran de eficientes en áreas como
gramática, razonamiento lógico y humor. Inmediatamente después se les aplicó un
test para evaluar de forma objetiva su grado de competencia en cada una de las
áreas. El resultado fue que, de forma general, quienes habían afirmado tener una
alta competencia en una o varias áreas sus puntuaciones fueron más bajas y las
personas que pensaban tener menor competencia obtuvieron mayores puntuaciones. Concluyeron
entonces que existía un sesgo cognitivo bajo el cual las personas que menos
sabían de un tema determinado no solo sobrevaloraban sus conocimientos sino que
existía en ellos cierta tendencia a subestimar la competencia de los demás por
lo que se sentían más seguros de sí mismos pese a su no competencia.
Cuando estos investigadores se preguntaban por qué se producía este
fenómeno plantearon que este sesgo cognitivo se producía porque las
competencias necesarias para hacer algo bien son las mismas que se necesitan
para evaluar si algo está bien hecho, lo que denominaron evaluación de
desempeño. Por esta razón, lo que se planteaban era que posiblemente las
personas que tienen ese sesgo cognitivo y no son capaces de darse cuenta que
algo está mal hecho es porque en realidad no saben cómo se hace bien aquello de
lo que presumen saber.
En la misma investigación surgió el planteamiento contrario y es que las
personas que mayor competencia tenían en un área determinada infravaloraban su
capacidad. En este caso Dunning y Kruger atribuyeron ese sesgo cognitivo a lo
que se denomina el “falso consenso”. En realidad el llamado falso consenso
tiene una connotación diferente, por ejemplo, imagínate que dos personas están
en una discusión irreconciliable y buscan a una tercera persona para que de
alguna manera medie en la discusión pensando, a priori, que esta persona será
neutral. Pues bien, el falso consenso en este caso es que ambas partes piensan
que esa persona “imparcial” va a opinar como ellos.
En el caso que nos ocupa, los investigadores aplicaron el falso consenso
para explicar que cuando una persona tiene una competencia alta sobre un área
determinada tiende a pensar que la mayoría de las personas pueden hacer ese
tipo de actividad igual de bien que ellos. De este modo, aquellos que tienen
una alta competencia no valoran especialmente esa habilidad en concreto y por
ello actuaban en el experimento de Dunning y Kruger infravalorando su
capacidad.
Como comentaba al principio cuando leí esta investigación y el resultado me
pareció curioso porque este tipo de conducta es bastante habitual en el ser
humano pero quizás no me hubiera parado antes a pensar en las razones por las
cuales podemos actuar bien sobrevalorando o infravalorando nuestros
conocimientos y habilidades. Lo que he vivido en propia piel es que cuanto más
aprendo sobre un tema determinado, paradójicamente más ignorante tiendo a
sentirme sobre ello ya que afloran incógnitas que no me había planteado antes,
posturas diferentes, teorías y nuevas investigaciones que generan hipótesis
alternativas. Y es entonces cuando recuerdo la frase que leí estudiando
Filosofía y que se le atribuía a Sócrates “Solo sé que no sé nada”. Una posible
interpretación de esta frase es que si crees que aún no lo sabes todo esto te
puede incitar a aprender aún más. En Psicología Positiva se establece que una de las
fortalezas que puede tener el ser humano es el amor por el aprendizaje o la tendencia
continua por aprender cosas nuevas de manera que las personas que tienen esta
fortaleza experimentan especial bienestar adquiriendo nuevos conocimientos. Si
esta frase efectivamente la enunció Sócrates es muy probable que esta fuera una
de sus fortalezas.
Mi reflexión al respecto es que es posible que caigamos en algunas
ocasiones en la arrogancia de sobrevalorar nuestros conocimientos o que nos
ocurra lo contrario, que no seamos capaces de valorar nuestras capacidades o
habilidades dándolas por hecho. Quizás lo más positivo es intentar hacer una
valoración lo más objetiva posible de nuestras capacidades y ponerlas en
práctica sacándonos partido al mismo tiempo que detectemos aquello en lo que
quizás no seamos tan buenos y nos gustaría mejorar para adquirir los
conocimientos y habilidades que necesitamos.
Que paséis una feliz semana!
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