domingo, 11 de diciembre de 2016

Sólo sé que no sé nada


Hoy comparto un efecto debido a la distorsión del pensamiento que leí hace tiempo y me pareció curioso. Se trata del llamado Efecto Dunning-Kruger, el nombre viene dado por los investigadores que lo etiquetaron. Este efecto consiste básicamente en que una persona que no conoce especialmente un área determinada, a veces tiende a pensar que sabe mucho mientras que una persona la cual sabe mucho en ocasiones se siente ignorante.
David Dunning, psicólogo norteamericano de la Universidad de Cornell, escuchó la noticia que decía que una persona había atracado dos bancos sin máscara y a plena luz del día, el cual fue arrestado inmediatamente después de sus atracos. A Dunning le llamó especialmente la atención que el ladrón declaraba haber utilizado un método casero para no ser reconocido pero evidentemente no le funcionó lo cual le llevó a este psicólogo a pensar si una persona incompetente no es consciente de su propia incompetencia precisamente por eso. A partir de esta hipótesis trabajó con Kruger en un experimento en el que los participantes respondían cómo eran de eficientes en áreas como gramática, razonamiento lógico y humor. Inmediatamente después se les aplicó un test para evaluar de forma objetiva su grado de competencia en cada una de las áreas. El resultado fue que, de forma general, quienes habían afirmado tener una alta competencia en una o varias áreas sus puntuaciones fueron más bajas y las personas que pensaban tener menor competencia obtuvieron mayores puntuaciones. Concluyeron entonces que existía un sesgo cognitivo bajo el cual las personas que menos sabían de un tema determinado no solo sobrevaloraban sus conocimientos sino que existía en ellos cierta tendencia a subestimar la competencia de los demás por lo que se sentían más seguros de sí mismos pese a su no competencia.
Cuando estos investigadores se preguntaban por qué se producía este fenómeno plantearon que este sesgo cognitivo se producía porque las competencias necesarias para hacer algo bien son las mismas que se necesitan para evaluar si algo está bien hecho, lo que denominaron evaluación de desempeño. Por esta razón, lo que se planteaban era que posiblemente las personas que tienen ese sesgo cognitivo y no son capaces de darse cuenta que algo está mal hecho es porque en realidad no saben cómo se hace bien aquello de lo que presumen saber.
En la misma investigación surgió el planteamiento contrario y es que las personas que mayor competencia tenían en un área determinada infravaloraban su capacidad. En este caso Dunning y Kruger atribuyeron ese sesgo cognitivo a lo que se denomina el “falso consenso”. En realidad el llamado falso consenso tiene una connotación diferente, por ejemplo, imagínate que dos personas están en una discusión irreconciliable y buscan a una tercera persona para que de alguna manera medie en la discusión pensando, a priori, que esta persona será neutral. Pues bien, el falso consenso en este caso es que ambas partes piensan que esa persona “imparcial” va a opinar como ellos.
En el caso que nos ocupa, los investigadores aplicaron el falso consenso para explicar que cuando una persona tiene una competencia alta sobre un área determinada tiende a pensar que la mayoría de las personas pueden hacer ese tipo de actividad igual de bien que ellos. De este modo, aquellos que tienen una alta competencia no valoran especialmente esa habilidad en concreto y por ello actuaban en el experimento de Dunning y Kruger infravalorando su capacidad.
Como comentaba al principio cuando leí esta investigación y el resultado me pareció curioso porque este tipo de conducta es bastante habitual en el ser humano pero quizás no me hubiera parado antes a pensar en las razones por las cuales podemos actuar bien sobrevalorando o infravalorando nuestros conocimientos y habilidades. Lo que he vivido en propia piel es que cuanto más aprendo sobre un tema determinado, paradójicamente más ignorante tiendo a sentirme sobre ello ya que afloran incógnitas que no me había planteado antes, posturas diferentes, teorías y nuevas investigaciones que generan hipótesis alternativas. Y es entonces cuando recuerdo la frase que leí estudiando Filosofía y que se le atribuía a SócratesSolo sé que no sé nada”. Una posible interpretación de esta frase es que si crees que aún no lo sabes todo esto te puede incitar a aprender aún más. En Psicología Positiva se establece que una de las fortalezas que puede tener el ser humano es el amor por el aprendizaje o la tendencia continua por aprender cosas nuevas de manera que las personas que tienen esta fortaleza experimentan especial bienestar adquiriendo nuevos conocimientos. Si esta frase efectivamente la enunció Sócrates es muy probable que esta fuera una de sus fortalezas.
Mi reflexión al respecto es que es posible que caigamos en algunas ocasiones en la arrogancia de sobrevalorar nuestros conocimientos o que nos ocurra lo contrario, que no seamos capaces de valorar nuestras capacidades o habilidades dándolas por hecho. Quizás lo más positivo es intentar hacer una valoración lo más objetiva posible de nuestras capacidades y ponerlas en práctica sacándonos partido al mismo tiempo que detectemos aquello en lo que quizás no seamos tan buenos y nos gustaría mejorar para adquirir los conocimientos y habilidades que necesitamos.
Que paséis una feliz semana!

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