domingo, 10 de noviembre de 2013

Manejar situaciones difíciles

En ocasiones consideramos felices a aquellos que por su experiencia en la vida, han aprendido a llevar sus males sin dejarse vencer por ellos.

Desde hace tiempo, en psicología, lo habitual a la hora de enfrentarse a un problema es afrontarlo de dos maneras diferentes: o bien lo afrontamos centrándonos en el problema o bien lo afrontamos centrándonos en la emoción. Hay personas que suelen centrarse en el problema y tratan de controlar la situación, de resolverla de alguna manera y de deshacerse de lo negativo. Pero esto no siempre funciona, por ejemplo, cuando se muere un ser querido, el problema no puede resolverse y la única forma de resolverlo es manejar nuestras reacciones emocionales ante la situación. De este modo es mas eficaz que nos concentremos en el problema cuando nos parezca que se puede hacer algo constructivo con respecto a la situación, y que nos concentremos en las emociones cuando nos parezca que el acontecimiento negativo es algo que hay que gestionar.




Afrontar centrándose en el problema

Al hablar de afrontar una situación compleja centrándose en el problema me refiero a afrontar tal situación resolviéndola, generando una solución factible y satisfactoria.

A continuación enumero varios ejemplos de cómo realizar estrategias orientadas a la resolución del problema. Estas estrategias proceden de una escala creada por C.S. Carver, M.F. Scheider y J.K.Weintraub en 1984 “Evaluación de las estrategias para afrontar: enfoque teórico”:

  • Concentro mis esfuerzos en hacer algo al respecto.
  • Busco una nueva estrategia.
  • Desarrollo un plan de acción.
  • Dejo de lado otras actividades para concentrarme en esta.
  • Trato de que me aconsejen sobre lo que puedo hacer. Intento encontrar alguien que pueda ayudarme.

Como en todo lo que hagamos, es importante buscar ayuda, planificarse y llevar a cabo las tareas convenientes para la resolución del problema.

Afrontar centrándose en las emociones

A veces no se trata tanto de resolver el problema sino de gestionar las emociones que te generan una situación concreta. A veces, también ocurre que antes de comenzar a resolver el problema, debemos controlar las emociones negativas que nos está generando dicho problema para poder después resolverlo con mayor eficacia.

Hay diferentes estrategias para manejar las emociones, algunas son mas de tipo conductual y otras mas de tipo cognitivo:

a) Estrategias conductuales: estas estrategias implican acción. Pueden consistir en una distracción, realizar ejercicio físico, buscar apoyo emocional de personas próximas (familiares, amigos,...). La realidad es que las personas que buscan actividades agradables, se toman un respiro de su tristeza o angustia y están mas dispuestas y mejor preparadas para afrontar sus conflictos.

b) Estrategias cognitivas: estas estrategias implican diferentes formas de pensar. Pueden consistir en una reinterpretación positiva de la situación como sacar un aprendizaje, una forma de desarrollo,... o bien puede consistir en una aceptación de la nueva situación. Con esto último no quiero decir que simplemente nos resignemos a aceptar la realidad sino mas bien a ver nuestra situación de un modo objetivo y con esa visión resolver los problemas que nos sucedan.

En definitiva, ambas formas de afrontar las situaciones, tanto desde el punto de vista del problema como de las emociones, son válidas y en ocasiones complementarias.


Que paséis una muy feliz semana!

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