En
ocasiones consideramos felices a aquellos que por su experiencia en
la vida, han aprendido a llevar sus males sin dejarse vencer por
ellos.
Desde
hace tiempo, en psicología, lo habitual a la hora de enfrentarse a un
problema es afrontarlo de dos maneras diferentes: o bien lo
afrontamos centrándonos en el problema o bien lo afrontamos
centrándonos en la emoción. Hay personas que suelen centrarse en el
problema y tratan de controlar la situación, de resolverla de alguna
manera y de deshacerse de lo negativo. Pero esto no siempre funciona,
por ejemplo, cuando se muere un ser querido, el problema no puede
resolverse y la única forma de resolverlo es manejar nuestras
reacciones emocionales ante la situación. De este modo es mas eficaz
que nos concentremos en el problema cuando nos parezca que se puede
hacer algo constructivo con respecto a la situación, y que nos
concentremos en las emociones cuando nos parezca que el
acontecimiento negativo es algo que hay que gestionar.
Afrontar
centrándose en el problema
Al hablar de afrontar una situación
compleja centrándose en el problema me refiero a afrontar tal
situación resolviéndola, generando una solución factible y
satisfactoria.
A continuación enumero varios
ejemplos de cómo realizar estrategias orientadas a la resolución
del problema. Estas estrategias proceden de una escala creada por
C.S. Carver, M.F. Scheider y J.K.Weintraub en 1984 “Evaluación
de las estrategias para afrontar: enfoque teórico”:
- Concentro mis esfuerzos en hacer algo al respecto.
- Busco una nueva estrategia.
- Desarrollo un plan de acción.
- Dejo de lado otras actividades para concentrarme en esta.
- Trato de que me aconsejen sobre lo que puedo hacer. Intento encontrar alguien que pueda ayudarme.
Como en todo lo que hagamos, es
importante buscar ayuda, planificarse y llevar a cabo las tareas
convenientes para la resolución del problema.
Afrontar
centrándose en las emociones
A veces no se trata tanto de
resolver el problema sino de gestionar las emociones que te generan
una situación concreta. A veces, también ocurre que antes de
comenzar a resolver el problema, debemos controlar las emociones
negativas que nos está generando dicho problema para poder después
resolverlo con mayor eficacia.
Hay diferentes estrategias para
manejar las emociones, algunas son mas de tipo conductual y otras mas
de tipo cognitivo:
a) Estrategias conductuales: estas
estrategias implican acción. Pueden consistir en una distracción,
realizar ejercicio físico, buscar apoyo emocional de personas
próximas (familiares, amigos,...). La realidad es que las personas
que buscan actividades agradables, se toman un respiro de su tristeza
o angustia y están mas dispuestas y mejor preparadas para afrontar
sus conflictos.
b) Estrategias cognitivas: estas
estrategias implican diferentes formas de pensar. Pueden consistir en
una reinterpretación positiva de la situación como sacar un
aprendizaje, una forma de desarrollo,... o bien puede consistir en
una aceptación de la nueva situación. Con esto último no quiero
decir que simplemente nos resignemos a aceptar la realidad sino mas
bien a ver nuestra situación de un modo objetivo y con esa visión
resolver los problemas que nos sucedan.
En definitiva, ambas formas de
afrontar las situaciones, tanto desde el punto de vista del problema
como de las emociones, son válidas y en ocasiones complementarias.
Que paséis una muy feliz semana!
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