A
veces tengo la sensación de darle mil vueltas a las cosas, pienso
demasiado, me pierdo en mis pensamientos, elaboro teorías, mi cabeza
se llena de condicionales “y si...” a veces creo que de tanto
pensar paso poco tiempo actuando.
Elaborar
pensamientos en exceso puede llevarnos a una parálisis y que esos
pensamientos nos bloqueen ciertas acciones. Según Susan Nolen –
Hocksema¹, hay un método
efectivo para luchar contra las reflexiones persistentes cuyo primer
y fundamental paso consiste en cortar esos pensamientos. Una vez
cortamos esos pensamientos podemos orientarnos a la acción con mayor
facilidad.
Es
vital liberarse de las garras de los pensamientos. Hay cinco
estrategias para conseguirlo y, como siempre, cada uno debe
identificar cual de estas cinco estrategias le resulta mas efectiva.
Distraerse,
distraerse, distraerse.
Esta
estrategia está infravalorada para lo efectiva que es. El secreto
está en encontrar una actividad para distraernos, lo suficientemente
fascinante como para no darnos la oportunidad de volver a esos
pensamientos. Las actividades mas recomendables son aquellas que te
hacen sentir feliz, curioso, tranquilo,... No importa lo que hagas
siempre y cuando la actividad te atrape.. Esa distracción puede
provocarnos la posibilidad de darnos perspectiva sobre esos
pensamientos que nos rodean consiguiendo tener un criterio mas
objetivo y positivo.
Decir
basta.
Puede
resultar útil intentar desviar esos pensamientos hacia un
pensamiento más útil, intentar pensar en algo práctico que vayas a
realizar y elaborar cómo hacerlo de manera que el pensamiento
inicial y pernicioso se disipe y se transforme en algo que lleves a
la acción.
Posponer
los pensamientos.
Dedicar
treinta minutos al día solo a pensar en lo que decidamos, de manera
que, si fuera de ese momento nos agolpan estos pensamientos, podamos
posponerlos hasta el momento que les corresponde.
A
veces, posponer estos pensamientos nos da la posibilidad de
analizarlos con mas frialdad y templanza y la mente preparada a
orientarlos a un fin práctico.
Encuentra
alguien a quien contarlo.
Escogerá
alguien comprensivo y de confianza con quien comentar estos
pensamientos. Hay que escoger a nuestro confidente con cuidado para
asegurarnos que nos aporte objetividad y sea capaz de generarnos
puntos de vista prácticos. Por otro lado es importante no abusar de
ese confidente a quien podemos saturar con estos pensamientos.
Normalmente
al verbalizar nuestros pensamientos conseguimos ordenarlos y darles
sentido. Además, al compartirlos la otra persona nos puede dar luz
dentro del bucle oscuro al que estuviéramos sometido dichos
pensamientos.
Escribir.
Llevar
a un papel estos pensamientos nos puede llevar a organizarlos, darles
sentido y observar pautas de acción que mentalmente no se nos
ocurren.
Como
os decía, cualquiera de estas sencillas estrategias pueden ser muy
efectivas. Simplemente tenemos que encontrar la que mejor resultado
nos proporciona.
Una
vez hecho esto nos será mas fácil dedicarle menos tiempo al
pensamiento y la elucubración para orientarnos a un fin, un objetivo
que nos genere bienestar.
Que
paséis una feliz semana!
(1)
SUSAN NOLEN-HOEKSEMA es
la autora de Mujeres
que piensan demasiado
y
Women
Conquering
Depression.
Es profesora de psicología en la Universidad de Yale (EE UU) y,
junto a su equipo de investigación sobre la salud mental de las
mujeres, ha aparecido en el programa televisivo Today
y
en las publicaciones New
York Times,
USA
Today,
y Wall
Street Journal.
Vive en New Haven (Connecticut, EE UU).
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