domingo, 20 de octubre de 2013

Menos pensar y más actuar

A veces tengo la sensación de darle mil vueltas a las cosas, pienso demasiado, me pierdo en mis pensamientos, elaboro teorías, mi cabeza se llena de condicionales “y si...” a veces creo que de tanto pensar paso poco tiempo actuando.



Elaborar pensamientos en exceso puede llevarnos a una parálisis y que esos pensamientos nos bloqueen ciertas acciones. Según Susan Nolen – Hocksema¹, hay un método efectivo para luchar contra las reflexiones persistentes cuyo primer y fundamental paso consiste en cortar esos pensamientos. Una vez cortamos esos pensamientos podemos orientarnos a la acción con mayor facilidad.

Es vital liberarse de las garras de los pensamientos. Hay cinco estrategias para conseguirlo y, como siempre, cada uno debe identificar cual de estas cinco estrategias le resulta mas efectiva.

Distraerse, distraerse, distraerse.

Esta estrategia está infravalorada para lo efectiva que es. El secreto está en encontrar una actividad para distraernos, lo suficientemente fascinante como para no darnos la oportunidad de volver a esos pensamientos. Las actividades mas recomendables son aquellas que te hacen sentir feliz, curioso, tranquilo,... No importa lo que hagas siempre y cuando la actividad te atrape.. Esa distracción puede provocarnos la posibilidad de darnos perspectiva sobre esos pensamientos que nos rodean consiguiendo tener un criterio mas objetivo y positivo.

Decir basta.

Puede resultar útil intentar desviar esos pensamientos hacia un pensamiento más útil, intentar pensar en algo práctico que vayas a realizar y elaborar cómo hacerlo de manera que el pensamiento inicial y pernicioso se disipe y se transforme en algo que lleves a la acción.

Posponer los pensamientos.

Dedicar treinta minutos al día solo a pensar en lo que decidamos, de manera que, si fuera de ese momento nos agolpan estos pensamientos, podamos posponerlos hasta el momento que les corresponde.

A veces, posponer estos pensamientos nos da la posibilidad de analizarlos con mas frialdad y templanza y la mente preparada a orientarlos a un fin práctico.

Encuentra alguien a quien contarlo.

Escogerá alguien comprensivo y de confianza con quien comentar estos pensamientos. Hay que escoger a nuestro confidente con cuidado para asegurarnos que nos aporte objetividad y sea capaz de generarnos puntos de vista prácticos. Por otro lado es importante no abusar de ese confidente a quien podemos saturar con estos pensamientos.

Normalmente al verbalizar nuestros pensamientos conseguimos ordenarlos y darles sentido. Además, al compartirlos la otra persona nos puede dar luz dentro del bucle oscuro al que estuviéramos sometido dichos pensamientos.

Escribir.

Llevar a un papel estos pensamientos nos puede llevar a organizarlos, darles sentido y observar pautas de acción que mentalmente no se nos ocurren.

Como os decía, cualquiera de estas sencillas estrategias pueden ser muy efectivas. Simplemente tenemos que encontrar la que mejor resultado nos proporciona.

Una vez hecho esto nos será mas fácil dedicarle menos tiempo al pensamiento y la elucubración para orientarnos a un fin, un objetivo que nos genere bienestar.

Que paséis una feliz semana!


(1) SUSAN NOLEN-HOEKSEMA es la autora de Mujeres que piensan demasiado y Women Conquering Depression. Es profesora de psicología en la Universidad de Yale (EE UU) y, junto a su equipo de investigación sobre la salud mental de las mujeres, ha aparecido en el programa televisivo Today y en las publicaciones New York Times, USA Today, y Wall Street Journal. Vive en New Haven (Connecticut, EE UU).

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