Este es el último post de este blog, las últimas palabras
que publico. La razón o razones por las que he decidido poner fin a este
espacio son diversas pero hay una razón principal y es que últimamente siento
que escribo cada domingo casi por inercia. No es nada malo pero el sentido de
este espacio se ha basado siempre en hacerlo con pasión e ilusión ya que es
algo que hago porque quiero y sentir que lo hago por inercia hace que pierda
cierto valor para mí. Llegados a este punto me parece oportuno escribir sobre por
qué nació este proyecto, cómo ha evolucionado y por qué finaliza tras cuatro
años.
Como todas las historias lo mejor para contarlas es ir al
principio, el cual en este caso no es el día que nació el blog (4 de enero de
2013) sino mucho antes. No sé exactamente cuándo pero pongamos tres años antes,
empecé a leer sobre una disciplina de psicología que estudiaba aspectos
relacionados con la búsqueda del bienestar y la felicidad, se trataba de lo que
se denomina Psicología Positiva. Me llamó poderosamente la atención y empecé a
devorar bibliografía relacionada con el tema hasta que esto no me terminaba de
saciar mi sed de conocimiento de manera que busqué dónde podía formarme en esta
materia. Fue entonces cuando encontré el Instituto Europeo de Psicología
Positiva y me lancé a estudiar sobre el tema durante un año. Fue un año intenso
ya que compatibilizaba estos estudios con mi trabajo pero el Master en
Psicología Positiva que cursé allí me dio una perspectiva nueva sobre
desarrollo personal, campo que me parece apasionante. A partir de ahí seguí
aprendiendo incluso tuve la oportunidad de llevar algún caso con personas a las
que acompañé en momentos concretos para encontrar una mejora de su bienestar.
La experiencia me gustó desde luego e incluso se me presentó la oportunidad de
dar un giro profesional pero finalmente decidí continuar mi carrera por el
camino que venía llevando. No obstante, tenía todos esos conocimientos teóricos
adquiridos y muchas herramientas prácticas a mi alcance que me generaban cierta
inquietud. En una charla una persona me hizo la pregunta ¿y por qué no escribes
un blog sobre todo eso de lo que hablas con tanta pasión? Al principio descarté
la opción a la ligera pero esa idea quedó en mi cabeza. Habitualmente escribía
para mí, cosas que casi nunca compartía pero me daba cierta paz transformar en
palabras aspectos que se me pasaban por la cabeza. Así que empecé a darle forma
a la idea, busqué cómo era eso de un blog, cómo se hacía…. Y decidí ponerlo en
marcha. El nombre salió un poco de casualidad, por mi apellido, Benayas, a
veces me llamaban Beny y se me ocurrió que era un buen nombre para darle
identidad al blog. De este modo, el 4 de enero de 2013 empecé a publicar con mi
alter ego Beny en positivo.
Echando la vista atrás y revisando la evolución del blog
durante estos cuatro años me he dado cuenta que me ha acompañado durante este
tiempo de manera que es un fiel reflejo de mi propia evolución. Empecé en 2013
escribiendo artículos con una tendencia más orientada a la teoría, a veces
poniendo ejemplos y casos concretos de manera que organizaba todos esos
conocimientos que se agolpaban en mi cabeza. 2014 fue un año para mí
especialmente difícil, mi vida se tambaleaba en muchos sentidos y me resultaba
complicado encontrar en algunas circunstancias la parte positiva. Creo que esto
se refleja en el blog ya solo por las pocas veces que escribí en él a lo largo
del año. Sin embargo 2015 fue un año de tomar consciencia de mis circunstancias
y de encontrar verdaderamente el lado positivo a pesar de ellas. No fue un año
fácil pero sí de enfrentarme a todo aquello que me había minado durante el año
anterior por lo que a pesar de todo fue un año lleno de optimismo para mí y
este blog fue un catalizador de emociones, un espacio donde a tráves de las palabras
reorganizaba mis sentimientos utilizando mis conocimientos sobre psicología
para buscar mi bienestar. Ahora que lo analizo con distancia parece que este espacio
me sirvió de herramienta para mi desarrollo personal en ese momento. De este
modo, cada vez escribía más artículos relacionados con mis propias vivencias
donde aplicaba psicología positiva y escribía menos sobre esa parte más
teórica. Llegó 2016 que fue un año especialmente bonito a nivel personal, de
reconstrucción y de conocimiento de mí misma lo cual creo que también se ve
reflejado en este blog. En ese año he escrito más “a corazón abierto”, expresando
mis emociones, mis miedos,… sin dejar nunca de relacionar todo eso que estaba
viviendo con la psicología positiva. La realidad es que no me resulta fácil
explicar y mostrar ciertas emociones pero escribir siempre me ha resultado más sencillo
por lo cual este espacio ha sido realmente útil para canalizar mis emociones en
todo momento.
En mi momento presente me siento bien, sigo gestionando
lo mejor posible esos miedos, esas emociones que en algún momento hacen que no
me sienta bien,… pero me encuentro con muchas ganas de seguir adelante, de
sentir cosas buenas, de experimentar y de atreverme… de forma resumida, me
siento con ganas de respirar la vida. Por esta razón, a pesar de tratarse de una despedida, es algo positivo y bueno para mí.
Quizás por todo esto de repente siento que estoy
escribiendo por inercia. Además, creo que las cosas se hacen bien y si no mejor
no se hacen así que creo que es el momento de despedir este espacio y canalizar
mis emociones de otro modo. Seguramente seguiré escribiendo para canalizar mis
emociones pero lo haré de un modo más privado.
Os agradezco a todos los que cada domingo habéis leído aquello
que iba escribiendo, los comentarios que siempre me habéis trasladado con tanto
cariño y os agradezco mucho a todos aquellos que me habéis dado ideas muchas
veces para escribir un artículo. En este agradecimiento quiero hacer una
mención especial, mi madre, que es la lectora número uno de este blog y que ha
sido capaz de leer muchas veces entre líneas detectando lo que sentía cuando
escribía sin necesidad de preguntar algo que sabía me iba a costar mucho
explicarle… Gracias mamá.
Que seáis muy felices!