domingo, 13 de marzo de 2016

El tiempo no es suficiente

Cuando te ocurren cosas negativas por las cuales tienes la sensación de marcar un antes y un después, sientes que algo se rompe, decides cambiar una circunstancia y aventurarte a seguir delante de un modo diferente… es entonces cuando se cierra una etapa, dejas ir el pasado y miras adelante dejando atrás algo que te hace sentir que estás abandonando una vida y empezando otra. Ese momento es como volver a empezar aunque es verdad que no empiezas de cero sino que los aprendizajes que llevas acumulados te aportan un sustento importante para iniciar esa nueva etapa.

Iniciado el proceso de volver a empezar es inevitable pasar por una época de sentir que vas a la deriva, entiendo que esto ocurre porque ese pasado que dejas a la espalda lo percibes como un camino firme y seguro mientras que el futuro es percibido como una apuesta incierta.

En este proceso de cambio el tiempo juega un papel fundamental en el cual se van cicatrizando heridas y pasas por una fase de reconstrucción emocional. Ese tiempo es relativo, depende de cada persona y de sus circunstancias, pero lo importante es detectar individualmente cuánto de largo o corto es el plazo que necesitamos para cerrar una etapa y poner toda nuestra energía en el presente y futuro habiéndonos reconciliado con ese pasado que nos va a acompañar siempre pero del cual podamos extraer aprendizaje y buenos recuerdos.

En ese proceso es probable que nos queramos precipitar y nos impacientemos por dejar atrás algo que nos provoca dolor pero nos podemos permitir tener paciencia, regalarnos el tiempo que necesitemos para seguir adelante y no caer en la tentación de pensar que ese dolor permanecerá siempre con nosotros. Es cierto que vivimos en una sociedad en la que todo va muy rápido y cuando te ocurre algo malo escuchas a veces eso de “borrón y cuenta nueva” para que dejes de mirar atrás y te enfoques en lo que te depara el futuro, pero opino que todo lleva un proceso y que no es posible abrirse a nuevas experiencias sin haberse liberado de aquello que te va a impedir poner todo de ti en disfrutar el presente y esperar con optimismo el futuro.

Creo firmemente que el tiempo es importante para que este proceso se lleve a cabo pero no estoy de acuerdo en la famosa frase que dice “el tiempo todo lo cura” ya que no sólo se trata de dejar pasar el tiempo para seguir adelante. Durante ese tiempo es importante cuestionarte todo lo que necesites responder para reconstruir tu vida, cosas como ¿qué tipo de vida quieres tener? ¿qué personas encajan en esa vida y quienes no? ¿cómo puedes sacar partido a lo que tienes a tu alcance para ser feliz? ¿qué te falta para estar bien? ¿cómo puedes conseguir aquello que te falta? Se me ocurren un montón de interrogantes que yo misma me he ido planteando cuando me he enfrentado a mi propia reconstrucción emocional pero aquí cada uno tiene sus propias cuestiones en función del camino que decida seguir en un momento dado. En función de estas cuestiones, y lo más importante, las respuestas que nos demos, debemos ir avanzando, dar pasos que nos vayan acercando a un cierto equilibrio.

Alcanzar ese equilibrio para mí significa encontrar sentido a lo que me haya sucedido, asumir mi pasado y que realmente sea eso, pasado. Además supone haber visto dentro de mí misma que algo ha cambiado y que ese cambio me genera cierta satisfacción de haberme superado, haber crecido y haberme adaptado a esos cambios.

El tiempo que cada uno necesita en estos casos efectivamente es diferente pero puedes darte cuenta que ese tiempo ha concluido si ya no sientes ese dolor intenso, ese vértigo, sino que te invade una sensación de serenidad e incluso eres capaz de ver el lado positivo del proceso en sí. Además puede ser un buen indicador el hecho de asumir la experiencia como una más en tu vida y detectar en qué te ha enriquecido.

Así que sin prisa, puedes tomarte el tiempo que necesites para superar aquello que te genera dolor, pero prestando atención a lo que puedes hacer durante ese plazo para no dejar sólo en manos del tiempo la solución ya que creo que el paso del tiempo es necesario pero no suficiente.


Que paséis una feliz semana!

domingo, 6 de marzo de 2016

Saboreo

Soy consciente que con bastante frecuencia estoy pensando en lo que haré mañana, en el viaje que haré los próximos días de vacaciones, en el fin de semana que está por llegar,… de esta manera el futuro me arrastra y acabo por no prestar la atención que se merece a mi presente. En este sentido las filosofías orientales nos llevan ventaja y tienen clara la importancia de vivir el aquí y ahora de manera que le dan un inmenso valor al presente.

Hace años los psicólogos Fred B. Bryant y Joseph Veroff propusieron un nuevo concepto relacionado con la importancia de vivir el momento: “saboreo”. Reconozco que me encanta el término porque no puede ser más descriptivo con aquello a lo que hace referencia. Estos psicólogos destacan la importancia de ser conscientes de los momentos cotidianos y de prestar atención a lo que nos aporta cada circunstancia del día a día. Por eso me parece tan genial la palabra saboreo en este sentido porque es como cuando te llevas un bocado a la boca de algo delicioso, algo de lo que quieres extraer las sensaciones que te aporta, sensaciones básicas de dulce, salado, amargo,… que incluso te hace cerrar los ojos para poner toda tu atención en ese bocado.

Esto es diferente a las técnicas de relajación y respiración que se consiguen mediante el yoga o la meditación para lograr conectarnos con el presente. El saboreo consiste en tomar conciencia del placer de cada día y de las situaciones positivas que vivimos lo cual nos posibilita aumentar nuestra satisfacción.

Muchas de las actividades que realizamos de forma cotidiana están dominadas por nuestra inconsciencia, actuamos y vivimos de forma automática en algunos aspectos sin ser demasiado conscientes de nuestros estados emocionales. En realidad esta automatización es una herramienta muy importante para nuestro cerebro de manera que optimiza recursos necesarios para otras actividades menos cotidianas donde tiene que poner toda su energía. Pero si se trata de prestar más atención a emociones positivas creo que se justifica que le robemos esa energía a nuestro cerebro.

Según la Psicología Positiva podemos recurrir a algunas pautas para ejercitar ese saboreo:
  • Compartir experiencias con los demás: encontrar a otras personas con las que compartir un momento determinado o contarles nuestra experiencia de manera que, al compartirlos, somos más conscientes de esos momentos y los hacemos perdurar.
  • Recordar la experiencia: podemos recrearnos de una situación concreta que nos genere bienestar manteniéndola viva en nuestro recuerdo.
  • Agudizar los sentidos: no podemos abarcar todas las emociones a la vez ya que nuestra atención se dispersa, en el saboreo es importante prestar atención a los detalles y a las emociones básicas.

Lo ideal es que en el momento que nos ocurre algo bueno podamos parar, respirar y dejar que broten las emociones del momento. En mi caso lo que ocurre es que día a día, en mi trabajo, esto me resulta complicado pero sí le doy importancia a saborear los momentos en el tiempo que estoy fuera del trabajo, especialmente cuando llega el fin de semana. Es en esos momentos en los que bajo mis revoluciones y dejo de estar pendiente del reloj ya que los horarios son sólo para llegar a tiempo si he quedado con alguien. Respiro, me tomo el tiempo que necesito para disfrutar de mi alrededor, de las personas que tengo cerca o de mi soledad y es efectivamente cuando siento que saboreo lo que estoy viviendo en ese momento.


Que paséis una feliz semana!