Retomo hoy mi costumbre dominguera, más tarde de lo
previsto pero con ganas de seguir escribiendo cada semana para transmitir mi
modo de ver las emociones, siempre tomando como base la Psicología positiva.
Mi reflexión de hoy es sobre esos cambios
determinantes en la vida donde, aparentemente de un día para otro, haces un
alto en tu camino para tomar uno totalmente diferente. Esos momentos en los que
decides romper algo que has construido con ilusión, pasión y amor porque,
llegado un momento aquello en lo que te ilusionaste, amaste y por lo que te
apasionaste sabes que no te hace feliz. No es fácil, nada fácil; darte cuenta que
todo ha cambiado, es diferente, incluso te sientes otra persona. Y lo más
difícil de todo ello es quizás decidir ser consecuente con tu cabeza y tu
corazón, romper todo lo construido y volver a empezar.
Valoras mucho tu pasado, cada momento en el que has
sido especialmente feliz y valoras las personas que has tenido a tu lado y todo
lo que te han aportado. Por ello es especialmente consecuente haber cambiado de
rumbo ya que sabes que eso no va a volver. Analizas cada paso, cada error que entiendes has
cometido para no ser capaz de mantener lo que tanto te ha aportado y esperas
que el daño generado por tu decisión se mitigue con el paso del tiempo. Una vez tomada la decisión y andado los primeros pasos, atesoras ese pasado, te aferras a vivir el presente y miras al futuro con el propósito de tener una nueva oportunidad de ser feliz.
Este tipo de situaciones te hace descubrir personas
que te regalan momentos únicos que te hacen sentir afortunada por tener la
oportunidad de conocerles, compartir tu camino y descubrir que no estás sola.
Para mí la vida es superar aquello que me genera
dolor sin dejar de sonreír, sentir, apasionarme e ilusionarme. Porque entiendo
esta vida como un cúmulo de emociones que se quedan en mi alma y cuando miro
hacia atrás siento que me encanta haber pasado por aquí mientras espero mi
futuro con optimismo y ganas de seguir sintiéndome viva cada día. Así que
abrazo cada momento como único y lo mantengo en mi recuerdo para continuar
redescubriéndome y aprendiendo nuevas formas de vivir experiencias bonitas que
me sigan alegrando el alma. Todo esto compartiendo esos momentos con las personas que son especialmente importantes en mi vida. Mi familia que tienen la habilidad de aportarme siempre seguridad, mis amigos que me arropan tendiendo su mano y esas personas que de repente me llenan de cariño de forma inesperada.
Que paséis una feliz semana!