El verano siempre viene de la mano de momentos más
distendidos e informales, la ciudad se va vaciando poco a poco y quien más o quien menos hace planes para desaparecer de la rutina del resto del año para
cambiarlo por momentos de relax.
En esta época del año reconozco que me quito horas
de sueño para disfrutar de las noches de verano que me aportan paz, me invitan
a alargar un ratillo más en una terraza con buena compañía y sentir cómo las
altas temperaturas del día dan cierta tregua.
Cada cierto tiempo es necesario tomarse un descanso,
respirar aires nuevos, despejar la mente para que pueda centrarse en lo
importante y por qué no, desintoxicarse de ciertas cosas que nos impiden
disfrutar al cien por cien de todo lo bueno que nos ofrece la vida. Es por esto
que, aunque aún me queda un poco para tener vacaciones en el trabajo, empiezo a
desligarme de algunas obligaciones. Es cierto que escribir el blog es una
disciplina que me impongo yo misma cada semana pero creo conveniente darle unas
vacaciones para renovar ideas que transmitir en este espacio e incluso dar un
cambio del mismo de cara a septiembre.
Particularmente este año necesito poner mi cabeza en
orden, decidir mi rumbo, coger aire, renovar energía y planificar cómo quiero
conseguirlo con el objetivo claro de seguir siendo feliz.
Así que desde aquí os deseo que disfrutéis de cada
momento, que lo saboreéis y que de algún u otro modo encontréis la forma de
recargar energía para lo que cada uno quiera emprender y los objetivos que
quiera conseguir.
Que paséis un feliz verano!