domingo, 19 de julio de 2015

Descanso

El verano siempre viene de la mano de momentos más distendidos e informales, la ciudad se va vaciando poco a poco y quien más o quien menos hace planes para desaparecer de la rutina del resto del año para cambiarlo por momentos de relax.

En esta época del año reconozco que me quito horas de sueño para disfrutar de las noches de verano que me aportan paz, me invitan a alargar un ratillo más en una terraza con buena compañía y sentir cómo las altas temperaturas del día dan cierta tregua.

Cada cierto tiempo es necesario tomarse un descanso, respirar aires nuevos, despejar la mente para que pueda centrarse en lo importante y por qué no, desintoxicarse de ciertas cosas que nos impiden disfrutar al cien por cien de todo lo bueno que nos ofrece la vida. Es por esto que, aunque aún me queda un poco para tener vacaciones en el trabajo, empiezo a desligarme de algunas obligaciones. Es cierto que escribir el blog es una disciplina que me impongo yo misma cada semana pero creo conveniente darle unas vacaciones para renovar ideas que transmitir en este espacio e incluso dar un cambio del mismo de cara a septiembre.

Particularmente este año necesito poner mi cabeza en orden, decidir mi rumbo, coger aire, renovar energía y planificar cómo quiero conseguirlo con el objetivo claro de seguir siendo feliz.

Así que desde aquí os deseo que disfrutéis de cada momento, que lo saboreéis y que de algún u otro modo encontréis la forma de recargar energía para lo que cada uno quiera emprender y los objetivos que quiera conseguir.


Que paséis un feliz verano!

domingo, 12 de julio de 2015

Que la música te acompañe


Me considero totalmente ignorante en lo que a música se refiere. Nunca he tocado un instrumento musical, ni siquiera me ha llamado la atención especialmente. Y por supuesto carezco de lo que llaman “tener oído”. No sé diferenciar si un grupo es bueno o malo y de hecho no escucho un género musical únicamente, suelo escuchar lo que me va llegando.

Lo que sí se diferenciar es lo que me gusta y lo que no, simplemente me gusta aquello que me despierta emociones, remueve mi interior o me hace bailar. Escucho grupos de música desde mi adolescencia y sus canciones me han acompañado en las diferentes etapas de mi vida. Es más, hay canciones determinadas que al escucharlas me transportan a una época de mi vida o incluso a un momento especialmente concreto y esa música me provoca que el recuerdo sea más intenso. Aparte de estos grupos a los que soy fiel me voy encontrando nuevas formaciones musicales bien porque me las recomiendan o bien porque las descubro yo misma, que van incluyéndose a mis listas de favoritos. También me ocurre que cierto tipo de música que en un momento de mi vida lo escuchaba sin parar en otros momentos no me apetece y se quedan en el baúl de los recuerdos. Al escuchar música me puede ocurrir que un grupo me gusta de forma general o que simplemente escucho ciertas canciones sueltas y el resto de su repertorio llegan a ser siempre desconocidas para mí.

Para mí la música es un acompañante de mi estado emocional. Es más, cuando escucho la música que me gusta normalmente lo hago a solas y el tipo de música que escucho está a merced de mis emociones en ese momento concreto. Un momento bueno para escuchar música es al ir y volver del trabajo de manera que no escucho el mismo tipo de música al ir hacia el trabajo que al volver. Es más, si el día ha sido complicado ese momento de salir de la oficina y aislarme en un determinado tipo de música me ayuda a “desintoxicarme” incluso a recomponer ciertos pedazos que se han podido romper a lo largo del día.

En general reconozco que suelo tirar por canciones y grupos que me aportan emociones positivas, que me hagan sonreír, que me emocionen… Sobre todo me gusta esa música que escucho y define a la perfección lo que pienso o siento en un determinado momento, ya que hay canciones que describen mis sentimientos mejor incluso de lo que yo lo haría con mis propias palabras y por eso me acompañan de forma constante. En este sentido me parece especialmente curioso, que una canción pueda describir mis sentimientos por la interpretación totalmente subjetiva que yo hago de la misma ya que el compositor tenía sus propias emociones al escribirla, nada que ver con las mías.

En cualquier caso, a pesar de tener grupos que escucho en bucle una y otra vez me gusta descubrir nuevas canciones y grupos que sigan aportándome bienestar, buen rollo y me alegren el alma. Estos días atrás me han recomendado un grupo de hace muchos años que ni  siquiera había escuchado: Hoodoo Gurus (ya el nombre me hizo gracia de antemano), en concreto uno de sus temas “Good times”. Como os decía cada uno hace su propia interpretación de la canción y la hace suya para empatizar con sus emociones. Al escucharla me llenó de optimismo y me recordó que no solo en el pasado he tenido momentos buenos, que sigo disfrutando de momentos felices y me esperan muchos en el futuro.

Que paséis una feliz semana!

domingo, 5 de julio de 2015

Oasis de felicidad

El ritmo que llevamos día a día muchas veces nos impide saborear los buenos momentos que tiene la vida. A veces detalles insignificantes, a veces momentos clave en nuestra vida pero, al menos en mi caso, siento en algunos momentos que no me dedico el tiempo suficiente a parar, dedicar el tiempo suficiente a disfrutar, sentir únicamente las emociones del momento…

Este fin de semana me he permitido dejar Madrid, alejarme de un día a día a veces frenético, a veces frustrante y otras veces bonito pero las sensaciones negativas me nublan las cosas buenas que me rodean. Así que el viernes me liberé de mi atuendo formal del trabajo, me puse unos vaqueros desgastados, unas zapatillas y dejé de lado todo aquello que me preocupa cada día. Todo ello con una actitud sencilla, querer saborear todo lo que me vaya llegando.

Mientras el tren iniciaba su camino a mi lado una amiga, de esas a las que no les puedo dedicar el tiempo que me gustaría y con la que he disfrutado cada segundo que hemos pasado juntas. El tiempo que nos llevó el viaje lo aprovechamos para ponernos al día y reírnos de nosotras mismas, lo cual creo que es un ejercicio muy saludable.

El resumen del fin de semana ha sido disfrutar de una cerveza fresquita en una terraza refugiándonos de las altas temperaturas, escuchar música, reír, bailar, saltar, cantar y terminar cada día agotada pero con una gran sonrisa, auténtica felicidad.

Mi pequeño oasis de este fin de semana ha llegado a su fin pero lejos de ponerme triste tengo una sensación enorme de bienestar, de poder enfrentarme a los miedos y las frustraciones que me rodean pero sobre todo, de poder prestar atención a todo lo bueno de la vida que supera con creces lo negativo. Sé que tengo obstáculos que superar tomando decisiones importantes pero también soy consciente de necesitar cierta perspectiva para ser consecuente conmigo misma y con la vida que me gusta vivir.

Como veis el post de hoy es totalmente vivencial bajo el cual simplemente pretendo incidir en la importancia de buscarnos un pequeño oasis de vez en cuando, no es necesario recorrer kilómetros para encontrarlo, muchas veces lo tenemos mas cerca de lo que creemos. Cada uno tiene su pequeño oasis para disfrutar de aquello que más le haga feliz, no dejemos de buscarlo y dedicarle el tiempo que se merece dejándonos llevar. Sin dejar de atender nuestras obligaciones siempre podemos encontrar esos momentos para refugiarnos en lo que nos aporte, simplemente, pura felicidad.


Que paséis una feliz semana!