Me
he tomado un par de semanas libres con el blog y hoy os traigo un
ejercicio práctico para que prestemos atención a aquello en lo que
somos mas fuertes para mejorar nuestro bienestar.
Ya
sabemos que cada persona tiene una serie de puntos fuertes y un
conjunto de áreas a mejorar. En general ocupamos gran parte de
nuestro tiempo intentando aprender y fortalecer esas áreas de mejora
o intentamos justificar esas debilidades con acciones que provienen
de agentes externos, lo cual suele desembocar en una actitud
victimista. Es mucho mas positivo para nuestro bienestar
concentrarnos en nuestros puntos fuertes y sacarles el máximo
partido.
Si
nos concentramos en nuestros puntos fuertes y los aplicamos en
nuestro día a día eso nos puede aportar un gran bienestar ya que
nos sentimos mas productivos y desarrollados. Ya os he hablado en
otras ocasiones de lo importante que es identificar nuestras propias
fortalezas. En esta ocasión os propongo que hagamos una reflexión
sobre nuestras capacidades para obtener una perspectiva mas positiva
de la vida.
El
ejercicio que os propongo en esta ocasión consiste en escribir en un
papel al menos tres capacidades personales. Si nos resulta difícil
encontrar en ese momento nuestras fortalezas podemos ayudarnos
contestando estas preguntas:
- ¿Qué es lo que mas me gusta hacer?
- ¿Qué ámbitos son los que más rápidamente aprendo?
- ¿En qué áreas me siento competente?
Una
vez realizada esa pequeña lista de fortalezas escogemos una de ellas
y describimos una historia que cuente cómo esa capacidad nos ayudó
a tener éxito y cómo ha influido en nuestra vida y en la de los
demás de un modo positivo. Para redactar esta historia con el mayor
detalle posible podemos ayudarnos de un pequeño guión:
- ¿Qué he hecho?
- ¿Cómo me he sentido al hacerlo?
- ¿Qué efecto ha tenido mi actuación?
- ¿Qué me resultó satisfactorio?
- ¿En qué medida tuvo mi actuación un efecto positivo sobre mi o sobre los demás?
Este
ejercicio se puede hacer en grupo o en parejas de manera que uno lea
a otro su historia y lo comenten en conjunto.
Al
final del ejercicio la primera conclusión que debemos sacar es ¿en
qué medida puedo hacer uso de mis capacidades en el momento actual
o futuro de mi vida?
Para
terminar y a modo de conclusión general, podemos contestarnos a
estas preguntas:
- ¿Cómo me he sentido en este ejercicio?
- ¿Me resulta fácil reconocer mis capacidades o puntos fuertes?
- Las capacidades que he detectado ¿fueron reconocidas y fomentadas por otros en mi niñez y en mi juventud?
- ¿Cuáles serían para mi las condiciones ideales para aprovechar mis capacidades de forma óptima?
Una
de las conclusiones que deberíamos sacar de todo esto es la cantidad
de cosas que sabemos hacer bien y cómo propiciar el escenario
perfecto para poner en marcha esas fortalezas en nuestro día a día
y en todos los ámbitos de nuestra vida (laboral, familiar,...)
Esto
no significa que no detectemos áreas de mejora y continuemos
aprendiendo habilidades nuevas, desde luego que no. Pero si prestamos
atención a nuestras fortalezas y les sacamos el máximo partido nos
cargaremos de optimismo, emociones positivas y energía para
desarrollar aquellas áreas que tenemos menos fuertes.
Os
deseo una feliz semana!