domingo, 30 de marzo de 2014

Actividades positivas en educación

La Psicología Positiva tiene un campo de acción muy amplio que puede ser abordado en el ámbito educativo con muy buenos resultados.

Si le preguntáramos a cualquier padre, maestro o tutor ¿qué le deseas a tu hijo o alumno en la vida? Seguro que una de las respuestas más repetida sería “qué sea feliz”. La influencia de los padres y educadores puede ser determinante para que los niños y adolescentes que tienen a su cargo se conviertan en adultos felices y responsables. Según Klauss W. Vopel para que esos niños y adolescentes tengan mayor probabilidad de convertirse en adultos felices necesitan desarrollar determinadas cualidades que, a menudo los adultos dejamos en un segundo plano a la hora de educar a nuestros niños. Estas cualidades son tales como optimismo, disposición al juego, confianza en uno mismo y en sus capacidades y el sentimiento de compenetración y adhesión, entre otras.



Desde este punto de vista por qué no fomentar en casa, en colegios, institutos y demás centros educativos la participación de nuestros niños y adolescentes en actividades que fomenten esas cualidades que les ayudarán a cultivar su bienestar hacia sí mismos y hacia su entorno.

Hace unos días, en un instituto de la Comunidad de Madrid tuvieron una iniciativa que podría ser muy positivo llevar a cabo con mayor asiduidad en los centros educativos. La iniciativa comienza por que los alumnos de 2º de E.S.O reciben una circular llamada “Abrazos” donde les explican los beneficios de abrazar. A esa circular iba grapada una hoja de consentimiento para los padres. En esta hoja los padres firmaban un permiso para que los alumnos pudieran salir del instituto en horario lectivo (un par de horas) para llevar a cabo por los alrededores la acción de “abrazos gratis”. No fijaban una fecha concreta ya que el único requisito para llevar a cabo esta actividad es que amanezca un día soleado. Os podéis imaginar en qué consiste, ¿verdad? Los alumnos se dedicarán a abrazar a todo aquél que quiera ser abrazado. ¿No os parece genial? Esta iniciativa se origina en algo mucho más amplio que una actividad de un instituto, si queréis saber algo mas al respecto podéis visitar esta Web http://abrazosgratis.org/. En ella he encontrado este vídeo que os dejo.



Volviendo a la iniciativa del instituto, en la circular que daban a los alumnos se explican cosas como (transcribo directamente de esa circular):

Abrazar es una grandiosa medicina. Transfiere energía, y da a la persona que es abrazada un estímulo emocional. Un abrazo te hace sentir bien pero también es una forma de comunicarse, puede decir las cosas para las que no tienes palabras.

Varios experimentos han demostrado que el contacto físico puede:

  • hacernos sentir mejor con nosotros mismos y con los demás
  • tener un efecto positivo en el desarrollo de los niños y su inteligencia
  • causar cambios fisiológicos calculables en los que tocan y a los que tocan

Proponemos que el abrazo es una de las formas más especiales de tener contacto físico con alguien.

A este texto le acompaña una larga lista de beneficios de los abrazos para generar bienestar en el ser humano.

Hace unos meses os hablé en el blog de la importancia de los abrazos, si queréis volver a leerlo podéis pinchar aquí. Como soy una convencida de lo importante que es abrazarnos esta iniciativa de Abrazos gratis me ha parecido genial y que la lleven a los institutos como parte de la educación es una gran decisión.

Como estas, seguro que hay mas actividades que se están llevando a cabo en escuelas y cada uno en casa con sus hijos. Es importante ser conscientes que la educación de nuestros niños y adolescentes no es solo transmitir conocimiento, es fundamental desarrollar sus capacidades, habilidades y emociones. Y especialmente es importante educarles para que tengan una vida plena.


Que paséis una feliz semana!

domingo, 23 de marzo de 2014

Aceptar las pérdidas

Hoy en España hemos tenido una gran pérdida, ha muerto Adolfo Suárez, determinante en la época de la Transición en este país. Cuando la muerte de una persona se transforma en una gran pérdida para todo un país creo que es porque al unísono todos pensamos que aportó un gran valor cuando tuvo la oportunidad de hacerlo. Estas líneas van como homenaje para todas las personas que desaparecen dejando una huella importante por sus buenas aportaciones.




Durante toda nuestra vida vivimos pérdidas. Casi todo lo que recibimos, algún día llegamos a perderlo. A veces negamos alguna de esas pérdidas que nos resultan especialmente dolorosas e intentamos no pensar en ellas. Esta negación nos consume mucha energía intentando mantener el muro del olvido intacto. Esa energía puede ser muy necesaria para cultivar relaciones positivas y compensar dichas pérdidas. Por esto hay un ejercicio que consiste en transformar esa tristeza por la pérdida en gratitud hacia lo positivo de la relación que tuvimos con esa persona que hemos perdido.

Nos concentramos en encontrar una pérdida dolorosa que hayamos sufrido, especialmente si ha sido una pérdida próxima ya sea por fallecimiento, separación o porque la vida nos ha llevado por camino diferentes. En lugar de negar la pérdida se trata de rememorar cuánto se ha querido a esa persona, en qué medida fue importante en nuestra vida y cuánto de positivo nos aportó.

Una vez que tenemos claro quien es esa persona le dedicamos una media hora a escribir sobre los recuerdos que tenemos de esta persona. Se trata de escribir una despedida. En algunos casos esta persona ya no estará viva, en otros casos quizás se haya producido una separación dolorosa o simplemente la persona ha desaparecido de nuestra vida. El ejercicio consiste en redactar cuánto se ha querido a esa persona, qué importancia tuvo en su vida, qué recuerdos tenemos de ella,… Una vez enumerados todos los aspectos que mas destaquemos es importante redactar nuestro agradecimiento hacia esta persona por lo que significó en nuestra vida. Este agradecimiento reforzará en mi la sensación de saber que en el futuro seguiré encontrando en mi vida personas así de maravillosas.

Un detalle a tener en cuenta mientras redactamos esta carta es intentar hacerlo de forma espontánea, escribiendo tal cual lo que sentimos, por ello es bueno marcarse un tiempo límite, alrededor de treinta minutos.

Tras hacer este ejercicio se puede releer unos días mas tarde y reflexionar sobre la sensación de bienestar que puede generarnos el dejar de negar esa pérdida, aceptarla, agradecer que hayamos podido encontrar esa persona en nuestra vida y ser consiente que parte de esa persona siempre la tenemos presente.

A veces las personas que menos nos esperamos nos aportan valores, sensaciones, emociones… muy positivas y, por desgracia, en ocasiones nos ocurre que hasta que no las perdemos no lo valoramos. Este ejercicio nos puede hacer ver todo lo bueno que sí tenemos y no hemos perdido para darle el valor que se merece.


Que paséis una feliz semana!

domingo, 16 de marzo de 2014

El poder de la interpretación

A menudo nosotros mismos provocamos nuestra propia insatisfacción y nos recreamos en alimentarla. Cada vez que nos decimos a nosotros mismos “tengo que hacer esta desagradable tarea” nos sentimos impotentes y carentes de libertad con la sensación de malestar que esto nos causa. Como alternativa se nos plantea la posibilidad de aprender a interpretar nuestras obligaciones de un modo positivo y con mayor motivación.
Todo lo que hacemos podemos asumirlo como algo positivo que nos va a aportar algún beneficio o bien adoptar una actitud de negación sobre una obligación concreta lo que la transformará en algo inútil, sin sentido y como una pérdida de tiempo. El afrontar nuestros deberes y obligaciones como algo positivo no es sencillo pero podemos cultivar esta actitud y con ella conseguir un sentimiento mas estable de alegría, felicidad y bienestar.

Pasamos una gran parte de nuestro tiempo dedicados a nuestras obligaciones, el trabajo, las tareas de las casa, gestiones,... podemos interpretar estas actividades inevitables de diferentes maneras, normalmente tendemos a interpretarlas de un modo negativo pero podemos aprender a intentar afrontarlas con mas optimismo.
Para ello Klaus W. Vopel nos propone un pequeño ejercicio y así empezar a practicar: se trata de escoger una actividad diaria cuya realización despierte sentimientos negativos. Se describe en un papel esa actividad orientándola de un modo positivo, con los beneficios que nos puede aportar esa actividad concreta, dando importancia a que no es una tarea tan tediosa y que incluso la podemos ver como algo que nos enriquece. Una vez terminado esto pasamos a describir la misma acción pero orientándola de un modo negativo.
Al finalizar estas descripciones se lee en voz alta cada una de las descripciones intentando darle la emoción que les corresponde.
Una vez hecho esto podemos extraer una pequeña reflexión:
  • ¿Hasta qué punto mis tareas diarias me están generando malestar?
  • ¿En qué medida contribuyo a mi propio malestar?
  • ¿Cómo me sentiría si viera con más optimismo mis tareas?
  • ¿Cuál es la obligación diaria que me resulta mas desagradable? ¿Cómo podría interpretarla de un modo positivo?
No todo es cuestión de la perspectiva con la que se afrontan las situaciones pero en muchos casos cambiar esa perspectiva ayuda mas de lo que pensamos y es algo que está especialmente en nuestra mano.

Que paséis una feliz semana!!

domingo, 9 de marzo de 2014

Nuestro legado

Ayer fue mi cumpleaños y, aunque ya voy cumpliendo bastantes años, para mi siempre es un día muy especial, entre otras cosas porque tengo la oportunidad de darme cuenta de las personas tan maravillosas que tengo a mi alrededor.

Esa pequeña reflexión me ha hecho dedicar el post de hoy a un ejercicio que propone Klaus W. Vopel para valorar las relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida, tanto nuestros amigos como aquellos que no llegan a serlo pero igualmente pueden aportar aspectos muy positivos en nuestra vida.




Este ejercicio nos lleva a ponernos en la situación imaginaria de ser conscientes que el tiempo de nuestra vida se está agotando y nos sentimos en el deseo de escribir nuestra última voluntad.

Redactamos por tanto un pequeño testamento donde dejemos escrito nuestro legado, pensamos en todas las personas con las que nos hemos relacionado y decidimos qué objetos de nuestra herencia queremos dejar a nuestros amigos y conocidos. Quizás también podemos pensar en si dejamos algo a aquellos con los que no somos afines pero que han formado parte de nuestra vida. Es posible que alguna persona que lea estas palabras le resulte que puede dar cierto “mal rollo” pero en este ejercicio es importante también el sentido del humor y el ingenio para sacarle todo el partido posible y que nos genere cierto bienestar.

En el momento de comenzar a escribir debemos contar con que es imposible que recordemos a todas las personas con las que hemos tenido alguna relación a lo largo de nuestra vida. Por tanto, hacemos una selección entre las personas que fueron importantes para nosotros en los momentos buenos y en los malos. ¿Quién debe recibir algo de mi propiedad y qué? No es necesario pensar únicamente en los objetos de valor, también se puede pensar en algo trivial. Cada objeto dejado en herencia supone un último comentario sobre esa relación.

Al escribir nuestra última voluntad justificamos en cada caso por qué actuamos de ese modo. Puede ser muy positivo añadir un pequeño mensaje personal para cada “heredero”.

Una vez hecho este ejercicio podemos reflexionar sobre aspectos como:

  • ¿Qué significa la propiedad para mi?
  • ¿Qué objetos tienen una importancia emocional para mi?
  • ¿Qué tipo de personas me han rodeado?
  • ¿Qué les falta a mis relaciones?
  • ¿Cómo reaccionarían mis “herederos” ante mis legados?
  • ¿En qué medida me resulta fácil desprenderme de algo?
  • ¿Qué me gustaría cambiar de mis relaciones?
  • ¿En qué momentos me siento sólo?
  • ¿En que momentos me siento arropado?

Complementario a este ejercicio os propongo hacer una reflexión mas sobre el legado emocional que queremos dejar en los demás. Cuando desaparecen de nuestras vidas ciertas personas dejan una huella en nosotros que no se toca pero la llevamos siempre con nosotros. ¿Qué huella estamos dejando nosotros en las personas que tenemos en nuestro entorno?


Que paséis una feliz semana!

domingo, 2 de marzo de 2014

Cadena de favores

En épocas complicadas como las que estamos viviendo se hace más visible la necesidad que nos tenemos unos de otros y la importancia que tiene la amabilidad y la generosidad. Hay personas que son especialmente generosas, que esta característica forma parte de su manera de ser. Hace tiempo os enumeraba las 24 fortalezas que, según Martin Seligman, tenemos todos en mayor o menor medida. Si queréis recordarlo podéis hacerlo aquí.




Una de esas fortalezas es la que destaca la amabilidad y generosidad. Las personas que tienen esta fortaleza predominante tienen en su vida un sin fin de buenas acciones para ayudar y cuidar de los demás. Nunca están demasiado ocupados para hacer un favor. Disfrutan haciendo buenas obras en beneficio de los demás, incluso aunque no los conozca bien. Estas personas encuentran gratificante dar lo mejor de si y ayudar a otras personas, independientemente de que tengan ninguna relación de parentesco o amistad

La generosidad, también llamada bondad, compasión, conducta prosocial o niceness, consiste en realizar buenas obras y favores a otros sin recibir nada a cambio. La categoría bondad engloba diferentes formas de relacionarse, guiadas por el beneficio de otro hasta tal punto que se anulan nuestros propios deseos y necesidades inmediatas.

Un aspecto que diferencia la bondad del amor es que en la bondad, a priori, no recibes nada a cambio. Aunque la realidad es que el hecho de hacer algo bueno por otro siempre aporta bienestar.

Esta fortaleza requiere ser respetuosos con los demás y a su vez incluye el afecto emocional.

Hay ciertos ejercicios que pueden ayudar a potenciar esta fortaleza, a continuación os enumero alguno de ellos:

  • Realiza actos bondadosos (pequeños favores a amigos o vecinos, llamar a algún amigo que esté enfermo o triste, conseguir que coma bien un amigo que está centrado en los exámenes llevándole un día la comida, cuidar los niños de alguien para que tengan tiempo libre,...).
  • Realiza un acto de bondad aleatorio dirigido a alguien desconocido.
  • Puedes donar sangre periódicamente o hacerte donante de órganos.
  • Visita a alguien enfermo en el hospital.
  • Lleva a un amigo a cenar por sorpresa y paga tu.
  • Di palabras suaves y amables en tus mails, cartas, cuando hables por teléfono,...
  • Haz inventario de tus pertenencias y mantén lo que es necesario, el resto dónalo.
  • Dona tu tiempo a los demás a través de actividades de voluntariado.
  • Saluda con una sonrisa.
  • Detén el coche y ayuda a alguien que lo necesite.

Hace tiempo vi una película relacionada con este tema: Cadena de favores.



La historia de esta película cuenta que Eugene, un profesor de ciencias sociales de 7° grado, decide asignarles a sus estudiantes la tarea de buscar métodos para mejorar al mundo, por lo menos a la comunidad que les rodea. Trevor, uno de sus alumnos, toma muy en serio la propuesta de su profesor e inventa un sistema muy fácil para realizar esta tarea: su idea consiste en ayudar a tres personas en algo que no podrían lograr por sí mismos, y en lugar de que el favor le sea devuelto a uno, cada una de esas tres personas deben ayudar a otras tres personas y así sucesivamente. Esta acción tiene un gran impacto entre la población.

Que paséis una feliz semana!